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Octavio Paz, el humanista

Octavio Paz, el humanista

La vida de Octavio Paz inició en el incendio de un México revolucionario; un lugar tumultuoso, caótico pero sobre todo, muy politizado. Probablemente de este origen es de donde surge su profundo involucramiento en el terreno de la política.

Vivió en la colonia Mixcoac antes de ésta formara parte de la gran urbe. Allí, gozaba de las tardes de los jueves y domingos con su abuelo Irineo, cuando hacían su visita al cine. Hoy, Paz es una leyenda ya sea por su renuncia a la embajada mexicana en la India como forma de protestar contra la masacre del 2 de octubre en Tlatelolco, su divorcio con Elena Garro o su consagrada premiación con el Nobel de Literatura en 1990.

Recordado y leído incesantemente dentro y fuera de las aulas, en obras como El laberinto de la soledadLibertad bajo palabraEl arco y la lira y Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe, es un escritor imprescindible en la escena intelectual mexicana.

Se dice que es posible morir de amargura, el llamado síndrome del corazón roto. Puede ser una pérdida, una muerte, o en el caso de este autor el tesoro más valioso: una vida de libros y recuerdos.

Hacia finales de 1996, un corto circuito en la televisión de su departamento causó un incendio que devoró gran parte de su biblioteca (se cree que incluso algunos de sus manuscritos) y muchos de sus objetos personales, los cuales coleccionaba desde su juventud. La pérdida de este tesoro sumió al poeta en una depresión que acentuó el deterioro de su salud.

Octavio Paz murió el 19 de abril de 1998, en la Ciudad de México.+