El rock ‘n’ roll también practica la fe… y otros dogmas
Lunes 13 de mayo de 2019
Mariel Argüello
Necesito a alguien que abrazar,
pero esperaré a algo más.
Sí, tengo que tener fe.
George Michael, “Faith”
En el camino de la vida vamos sobre diversos rumbos que nos guían hacia esos lugares a los que estamos predestinados a llegar. Por este sendero entramos a un momento introspectivo en que las dudas nos invaden y buscamos en nosotros mismos, de manera desesperada, diversas respuestas o alivio a esas inquietudes que nos van quebrando emocionalmente día con día. Es ahí cuando los seres humanos ejercemos inexplicablemente una fuerza poderosa que nos demuestra nuestro propio optimismo en algo que aún no podemos ver: la fe, esa seguridad en algo o alguien que no se ve, esa actitud vital para quien la desarrolla y nutre.
La música siempre ha sido un vehículo para expresar la fe. Y el rock no ha sido la excepción. El rock ha tomado matices de fervor en diversas odas que apuntan hacia la fe, la espiritualidad y la fuerza cósmica, y se ha servido de códigos religiosos y otro tipos de dogmas, como el ocultismo y el paganismo. Varios de estos artistas usaron estos códigos para redimir las almas de aquéllos que asistían a sus conciertos, mientras los fanáticos erigían verdaderos altares para sus ídolos.
En cuanto a las canciones e historias que hemos conocido dentro de dicho género, muchas reflejan las vivencias de diversos músicos que han puesto por escrito sus recuerdos y maneras de trabajar en una libreta, o a través de la gente que ha seguido cada paso de su carrera artística. Ejemplo de esto es la agrupación irlandesa más famosa del planeta, liderada por Paul Hewson, —mejor conocido como Bono—. En U2 by U2: ellos mismos reconocen el componente que hay de religión y espiritualidad en sus melodías, haciendo referencia explícita hacia Dios, la Biblia o Jesús en canciones emblemáticas como “Yahweh”, “Grace”, “40” y Gloria”.
Por otro lado, el contexto religioso también ha estado presente en la obra y entorno de la madrina del punk, Patti Smith. En sus memorias, tanto en Just Kids como en M Train, narra lo mucho que de niña le atraía estéticamente el catolicismo, y sentía fascinación por las imágenes y los rosarios. No obstante, la batalla con la fe se convertiría en la base de su vocación artística, ya que a través del arte, la escritura y desde luego, la música, iba a encontrar su propia espiritualidad. Ya lo dijo ella en una entrevista hace algunos años atrás: “Lo más grande que busca un artista es la comunicación con Dios”.
En La autobiografía, Eric Clapton cuenta cómo era renuente ante la religión en un momento determinante de su adicción a la heroína y al alcohol, y cómo George Harrison lo empujó a apegarse a la espiritualidad y a entrar en un tratamiento para mitigar sus males: “Aunque yo ya había contemplado la religión en el pasado, siempre había sido resistente a la doctrina, y la espiritualidad que había podido experimentar hasta entonces había sido mucho más abstracta y no alineada con ninguna religión reconocida (…) Desde ese día hasta hoy, nunca he dejado de orar, por la mañana, de rodillas, para pedir ayuda, y de noche, para expresar gratitud por mi vida y, sobre todo, por mi sobriedad. Elijo arrodillarme porque siento que necesito humillarme cuando rezo y, con mi ego, eso es lo máximo que puedo hacer”.
Steven Tyler (Aerosmith) relata en sus memorias roqueras el vínculo emocional y espiritual que de niño tuvo al introducirse a la religión, pero habla de los viajes astrales que lo llevaron a desarrollar amor por la naturaleza, en ¿Acaso molesta el ruido que retumba en mi sesera?: “Cuando tomaba drogas se perdía todo ese misterio. Al salir de aquel estrépito pude volver a sentir mi conexión espiritual con los bosques (…) Mis ideas espirituales no vienen de la Plegaria del Señor, ni de las ilustraciones de la Biblia, sino de la quietud (…) Era la madre naturaleza la que me hablaba”. Con todo y eso, cuando Aerosmith grabó Honkin’ On Bobo, incluyeron dos canciones originales. Una de ellas, que cierra el disco, es un canto gospel-blues compuesto por Tyler, cuyo estribillo repite persistentemente: “Jesus is on the main line, tell Him what you want. He will come in a hurry, tell Him what you want”.
La existencia angelical que Nick Cave invocaba al redactar sus palabras en La canción de la bolsa para mareo (Sexto Piso), se hacía presente al transcribirlas: “Un ángel desplegará las alas y me hablará al oído. ‘Tienes que dar el primer paso tú solo’. Después el ángel me dará un empujoncito y me enviará hacia lo desconocido”.
En tanto, por lo que se refiere a Kim Gordon y Thurston Moore (Sonic Youth), Gordon narra a través de su libro La chica del grupo el amor mutuo que se tenían al casarse en el año de 1984, otorgando la esperanza y equilibrio que tanto anhelaba: “Al casarme con Thurston, me estaba comprometiendo a algo permanente, en lugar de estar siempre intentando equilibrar el arte con la música, la música con el arte (…) Para ser tan joven, Thurston le atraía la vida doméstica mucho más que a mi. Su fe me hizo creer que nuestro matrimonio podría funcionar.”
Por el contrario, otros intérpretes como Neil Young, David Bowie y Bob Dylan no percibían esa conexión con el mundo espiritual, pero tampoco les era un tema del todo indiferente.
En El sueño de un hippie, Young comparte más su identificación con el paganismo: “La religión no está en mis intereses, no puedo suscribir los argumentos de esas creencias porque, al fin y al cabo, son producto de la imaginación del hombre. Siento al gran espíritu en todo cuanto me rodea y me descubro ante su omnisciencia. Si otros rezan los acompaño en el rito. No los juzgo por ello. Es su elección. Me uno a ellos y luego sigo con lo mío. Para mi la luna y el bosque son muy importantes. El mundo natural posee un ritmo con el que me identifico y quizá por eso sea pagano.”
Otro que no era nada adepto a la religión, era David Bowie. En Hero: David Bowie, Lesley-Ann Jones revela el origen de la letra “Loving The Alien”, del álbum Tonight, lanzado a mediados de los 80 y de cómo era escéptico ante el cristianismo: “La canción surgió a raíz de los sentimientos negativos hacia la religión organizada que le generaron las lecturas de libros sobre teorías de conspiración, pero que no había llegado a comprender del todo… Sin dioses de ninguna clase durante la mayor parte de su vida, solo in extremis, se convertiría al budismo”.
Y en cuanto a Dylan, hay músicos que vieron en él una figura espiritual, tal como lo enfatiza el “jefe” Bruce Springsteen en su biografía Born to Run, manifestando gran relevancia y fuente de inspiración que tuvo de él en su vida, dedicándole las siguientes palabras: “Bob Dylan es el padre de mi país (…) Bob señaló el norte y sirvió como faro para ayudarte a encontrar tu camino en aquella tierra salvaje en la que se había convertido Estados Unidos. Plantó una bandera, escribió las canciones, cantó las palabras esenciales para la época, para la supervivencia emocional y espiritual de muchos jóvenes norteamericanos de ese momento.”
Otros casos, como el del David Byrne e Ian Svenonius comparten por medio de sus conocimientos esa conexión mística y sobrehumana que encontraron con la melodía. En Cómo funciona la música, Byrne nos explica cómo la armonía se va transformando en una especie de telégrafo cósmico que nos puede llegar a conectar a un ámbito misterioso de espíritus, de dioses e incluso, a un mundo que va más allá de nosotros mismos y de la propia muerte, además de ejecutarla con absoluta precisión para ser usada en rituales. En contraparte, Svenonius nos cuenta el origen de Estrategias sobrenaturales para montar un grupo de rock, donde al desistir de hacer un estudio con otros músicos y el origen de cómo obtuvieron su fama, prefirió recurrir al espiritismo a través de una medium para despejar todas esas dudas y pedir consejos a aquellas antiguas estrellas de rock acerca de los altibajos del negocio musical.
Hoy, en plena era en el que el hip-hop y el trap ocupan un lugar importante dentro de la música actual, personajes como Kanye West pretenden usar de manera religiosa su marca personal con fines meramente publicitarios que por otras cuestiones. Basta y sobra con ver su última actuación en Coachella y toda la faramalla que lo rodea.
Sin duda hay muchos más casos y anécdotas que tendrían que ser objeto de análisis, pero inevitablemente el rock y la religión han caminado de la mano y sin tener un compromiso ideológico, han hecho alusión a su fe, al creador y al universo entero. A veces con el mismo fin y otras al ser enfrentados. Pero, al fin y al cabo, expresan un mismo sentimiento. +