Dame palabras y te daré música

“Take me out tonight, where there’s music and there’s people and they’re young and alive, driving in your car I never never want to go home, because I haven’t got one, anymore”

The Smiths, “There Is a Light That Never Goes Out”

Hablar de los usos modernos de la música es algo que se toma como una disciplina. Una ciudad futura, una computadora, una novela de ciencia ficción y una confusión sexual son parte de la música y de sus distintos movimientos dentro del contexto social y cultural. La música es fecunda sobremanera en la imaginación creativa de cualquiera que esté frente a un instrumento.

Hay que tener presentes las texturas sonoras que las máquinas producen, tanto sobrias como nostálgicas, o la clave perfecta de alentar el movimiento del cuerpo y caer escurridos ante un baile hedonista y sin control; asimismo, podemos mencionar que muchos de los más influyentes grupos de música están compuestos por a+b, positivo y negativo, y todos estos grupos, a su vez, integraron una escuela que muchos entes retoman y en la actualidad hacen de ella su vida.

Tendemos a cierto romanticismo al mantener arraigadas algunas bandas o canciones que nos causaron un impacto en algún momento de nuestra vida, y sentimos una nostalgia profunda que nos transmite el recuerdo del instante con la música o la letra, nostalgia que escuchamos y sentimos, aunque la vida continúe, que acariciamos en formatos que han mantenido nuestra sustancia activa, como vinilos, casetes o algunos discos compactos. Muchas de esas canciones o agrupaciones también surgieron a partir de una acción que removió el interior de sus creadores, y es indivisible, fuerte y sublime; en diversas ocasiones fue la literatura la que les expresó algo, y eso, lo que ellos sintieron y concibieron para transmitir acordes y compases. La literatura y la música han tenido caminos entrecruzados milenariamente. Exploremos algunos de esos momentos en el que la mancuerna literaria-musical generó un explosivo momento estético.

George Orwell, H. P. Lovecraft, Edgar Allan Poe, Lewis Carroll, J. G. Ballard, Alber Camus, Jack Kerouac o William Bourroughs inspiraron las letras de composiciones de The Cure, The Ramones, The Smiths, Sonic Youth, The Velvet Underground o Patti Smith.  

“Killing an Arab” de The Cure está basada en una de las obras de Albert Camus. El compositor Robert Smith escribió fragmentos poéticos al concentrar sus emociones en los momentos fuertes de El Extranjero. La letra describe un tiroteo en una playa, en la que un árabe es asesinado por el narrador.

“Venus in Furs” de The Velvet Underground es una balada esquizofrénica y masoquista que retrata el año de 1967, está iluminada por el libro homónimo de Leopold von Sacher-Masoch, publicado en 1890. Lou Reed y compañía crearon un verso nítido: Shiny, shiny, shiny boots of leather/ Whiplash girl child in the dark.

“Pet Sematary” fue lanzada en el álbum Brain Drain de The Ramones. Todos recordamos la película y la novela del escritor estadounidense Stephen King, Cementerio de animales. La canción fue escrita por Dee Dee Ramone y Daniel Rey a petición de Stephen King, quien es un gran seguidor de la banda desde sus inicios en el club CBGB. 

“1984” de David Bowie es una de las canciones que el camaleón del rock escribió a partir de la novela homónima de George Orwell. La intención era que fuese incluida en un musical. En 1984, en la sombría ciudad de Londres, la Policía del Pensamiento controla de forma opresiva la vida de los ciudadanos. 

 “Atrocity Exhibition” es una canción que abre el segundo disco Closer de Joy Division, lanzado en 1980 bajo el sello Factory Records, dos meses antes del suicidio de Ian Curtis. La novela The atrocity exhibition, de J. G. Ballard fue influyente para Ian, a pesar de que no la acabó de leer. +

Por @UlyssesAvath 

MasCultura 14-agosto-17