‘Diego Rivera no era común ni corriente’. Martha Zamora

‘Diego Rivera no era común ni corriente’. Martha Zamora

Martha Zamora acaba de publicar su novela Heridas. Amores de Diego Rivera, y tuvimos el gozo de platicar con ella a gran detalle.

¿De dónde nace este interés en Diego Rivera y donde empezó a reunir toda esta información para este libro?

Hay dos antecedentes: En 1980 decidí hacer un libro para mí, por oposición de los libros que hacía para mis clientes. Yo hacía muchísimos libros para mis clientes, con temas precisos que ellos me marcaban, caso concreto de los pintores becarios de Televisa, pero desde que era niña tenía una fascinación por dos personajes: Frida Kahlo y Maximiliano de Habsburgo. Por Frida Kahlo, porque la había visto una sola vez en mi vida cuando coincidimos mi kínder-garden, que visitaba a Diego Rivera mientras elaboraba su mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, entonces en el hotel Del Prado. Frida llegó, solamente ese día, fue el único día que visitó el mural en proceso para, básicamente contemplar su imagen como el personaje central que detiene a un Diego niño en la visita de ese domingo a la Alameda. Coincidí con ella mientras mi grupo bajaba las escaleras del lobby del hotel mientras ella subía y fue una imagen que no me dejó nunca más. Sabíamos de la infidelidad contínua, sabíamos del ofrecimiento de sus cuerpos que hacían una enorme cantidad de mujeres, que pensaban: “si me llevo una acuarela, estoy bien pagada” o “si me llevo el recuerdo de haber pasado una tarde con un maestro de la talla de Diego Rivera…”, eso era suficiente para ellas. Pero esas no fueron el interés, sino las mujeres que pasaron con él 10, 15, 25 años, como Frida Kahlo. Éstas fueron mujeres que lo amaron por un tiempo muy prolongado y tres de ellas le dieron hijos. Estas fueron relaciones mucho más profundas y lo interesante era saber quiénes eran ellas, de donde venían, qué traumas podían tener en su vida infantil o juvenil, antes de conocerlo a él, cómo se relacionaron con él y qué pasó dentro de su relación. Es un libro de investigación, no es una novela en ninguno de sus puntos.

”Es un libro de total investigación, muy similar a lo que he hecho anteriormente con Frida Kahlo o con Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota. Implicó viajes muy prolongados para tener acceso a documentación, archivos, archivos fotográficos, porque es la única forma de entender por qué una mujer se traslapa con la otra, simultáneamente. Concomitantemente Diego Rivera lleva relaciones con dos o más de estas mujeres, y algunas de ellas lo acompañan toda la vida, no importa que él esté teniendo otra relación importante en su vida. Te hablo por ejemplo de Lupe Marín que fue su esposa a través de una ceremonia religiosa solamente, pero le dio las dos hijas más importantes para Diego Rivera, que lo acompañan sobre todo en la última etapa de su vida, y esta mujer, aunque separada de Diego Rivera y casada ya con otro hombre, el poeta Jorge Cuesta, acompaña a Diego Rivera hasta el final, lo visita el día anterior a que se muera y vive muy cerca de él, depende en cierta manera de el económicamente a lo largo de toda su vida.

Las dos rusas, Angelina Beloff y Marevna, Lupe Marín y, por supuesto, Frida, son la célebre seguidilla del currículum amoroso de Diego Rivera.

En efecto. Cuando huyó de las dos rusas avecindadas en Francia, atravesó el océano hacia México. Cuando termina la relación con Lupe Marín consigue una invitación a la celebración del aniversario de la Revolución Rusa y atraviesa el océano en el otro sentido. Tenía la idea cuando él se va a Rusia en esta primera ocasión —habrá una segunda al final de su vida para una atención médica del cáncer que lo estaba acabando— de quedarse un tiempo muy largo, pintar murales, crear una escuela, enseñar sus técnicas, convertirse en un pintor famoso en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Pero Stalin sube muy violentamente al poder y no coincide con las ideas de Diego Rivera: lo considera un extranjero perturbador y le piden firmemente que regrese a su país.

”Ya en México, se pone a trabajar, y se topa con que las dos mujeres que él consideraba ‘disponibles’ —Lupe Marín y Tina Modotti— ya andaban con pareja: Lupe Marín con Jorge Cuesta, y Tina Modotti ha encontrado un líder estudiantil cubano exiliado, Julio Antonio Mella, que va a morir junto a ella, asesinado. Diego Rivera no tiene compañera en ese momento. Vienen aventuras de mínima duración y entonces llega esta muchachita de apellido alemán que ya lo había visto mientras el pintaba el mural La creación, que pinta en San Idelfonso, mientras ella era estudiante ahí y va supuestamente a pedirle una opinión respecto a los primeros retratos y autorretratos que ha hecho en su casa, recuperándose de un accidente de tráfico que vivió con Alejandro Gómez Arias y se supone, por lo que han declarado ambos a varios biógrafos, que Diego Rivera le dice que tiene talento. A partir de ese fin de semana va a ir a su casa en Coyoacán a ver el resto de las pinturas que ella dice que tiene ya disponibles para ver, y ese pretexto va desarrollándose en una relación cada vez más íntima hasta que se casa. Es Frida la primera persona con la que Diego Rivera se casa por un matrimonio civil.

Y luego seguiría la relación con la hermana…

Así es, que también coinciden en tiempo. Está Cristina y está María Félix en los momentos en que Diego Rivera está casado con Frida Kahlo y también Ema Hurtado, que va a ser la última compañera de Diego Rivera y la segunda con la que se casa por lo civil, los últimos dos años.

María Félix…

A María la conoce mientras está filmando Río Escondido. Es una película muy especial porque según me han declarado las personas que coincidieron con ellos en la vida, es una película que surgió en una comida en casa de Frida Kahlo. Se dieron cuenta de que alrededor de la mesa había talento suficiente para hacer una película, estaban Emilio ‘el Indio’ Fernández, exitoso director de cine, Gabriel Figueroa, Miguel N. Lira, escritor, poeta y gran dibujante, también y él podía escribir el script de la película, y entre todos podían conseguir que la máxima actriz de México, que no estaba presente en esa comida, pudiera hacer el personaje de la película. La película se iba a tratar y ahí mismo lo platicaron, de la historia de una mujer joven y desde luego muy bella, que toma la decisión de trabajar como maestra rural, de las que precisamente Vasconcelos quiso que se fueran a la sierra y a los puntos más extremadamente descuidados del país a tratar de elevar la educación de la gente del campo.

”María acepta el papel, se va al tianguis de Toluca y se viste ahí, en vez de que le diseñen la ropa los diseñadores del cine. Ella decide y le dice a Frida: ‘Si yo era realmente una maestra urbana que decide participar en esto, antes de irme, porque no sé a dónde voy a ir a dar, me voy al tianguis a comprar mi ropa’. Entonces, se va al tianguis de Toluca, se viste y se va. Es en ese rodajo cuando Diego la ve; ipso facto se desarrolla en él una fascinación por María. Y María tiene para él, yo no creo que nunca un amor de mujer a hombre, a lo largo de los 10 años que duró la relación y no duró más porque Diego Rivera se murió. María siempre estuvo cerca de Diego Rivera cuando estuvo en México y si ella se va a Europa es en mucho por él. En el libro vas a poder encontrar todo un ensayo que él hace diciendo: ‘tienes que irte, tienes que irte, porque todas las características de belleza, de talento y de personalidad que tienes van a ser más apreciadas en Europa que aquí en nuestro país’. No sé si haya resultado realidad, porque María es para todos nosotros un ícono, indestructible, inolvidable y único. No hay otra actriz que la haya venido a sustituir a ese nivel de diva, a ese nivel de ícono de belleza.

¿Con qué se queda de este hombre tan amado y tan reacio a aceptarse verse amado?

Hay muchas cosas con las que no coincido. No era el hombre común y corriente, gracias a Dios, por eso tenemos la obra que tenemos. No era perfecto, tampoco las mujeres que se unieron a él eran perfectas. Quizá fue cruel en algunas ocasiones, ninguno de nosotros es perfecto tampoco y, sometidos a un escrutinio tan detallado como el que las personas que hacemos mi trabajo lo sometemos, casi no se salvaría nadie. +