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La suerte de Antonio Machado

La suerte de Antonio Machado

¿No les sucede que en ocasiones se convencen de estar fuera del más mínimo atisbo de buena suerte? Bueno, no se preocupen, porque no fueron ni serán los únicos. Un caso, quizá particular, fue el del poeta español Antonio Machado, nacido un 26 de julio de 1875.

De semblante serio, poco comunicativo y con traje descuidado, Antonio Machado se presentaba de vez en cuando a las tertulias celebradas en los concurridos cafés de la España de principios del siglo XX. De aquellas fechas, Luis G. Urbina lo recuerda como un resignado de la vida.

A diferencia de su hermano Manuel, para Antonio, París significó algunas amargas experiencias. Una de ellas marcada por el inicio de una enfermedad con vómito sanguinolento que padeció su esposa. En otra ocasión, cuando París estaba dividido por el caso Dreyfus, los hermanos Machado, junto con Pío Baroja, observaban el transcurso de una manifestación, cuando fue violentada por la policía y los opositores. Los escritores tuvieron que correr. Durante la huida, Antonio perdió uno de sus zapatos: era eso o el pellejo.

El poeta sevillano fue un detractor de la academia, por lo que se dedicó a visitar largamente la Biblioteca Nacional y, por su precaria vida familiar, no consiguió el grado de bachiller hasta 1900.

Antonio Machado falleció el 22 de febrero de 1939. Hoy, lo recordamos con estas breves palabras y brindamos por la buena suerte –a pesar de las anécdotas– y por su excelente poesía.

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