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Placido Domingo corrobora en México que a sus 70 años sigue siendo "el rey"

A ritmo de mariachi y vestido con el tradicional traje charro, el tenor español Plácido Domingo demostró la noche de ayer en la Ciudad de México que a sus 70 años sigue siendo "el rey", como proclama la famosa canción del compositor mexicano José Alfredo Jiménez.

Al final del emotivo homenaje organizado por su septuagésimo cumpleaños y por conmemorarse medio siglo de su debut en un país que considera su segunda patria, el artista sacó su lado más mexicano e interpretó -sombrero charro en mano- tres canciones acompañadas por un tradicional grupo de mariachi.

Tampoco faltó en la mágica velada otra tradición local, la de cantar "Las mañanitas" a quienes están de aniversario, y así lo improvisaron al final de la función los músicos de la Orquesta Sinfónica de Minería, dirigida esta vez por la mexicana Alondra de la Parra.

Más de diez mil personas abarrotaron el Auditorio Nacional para escuchar un repertorio variado en el que se entremezclaron ritmos de zarzuela con piezas de musicales como "West Side Story" y "My Fair Lady" y con los sones veracruzanos del "Huapango", del compositor Juan Pablo Moncayo.

"Gracias a todos. Espero que nos veamos aquí en mis 80" años, deseó Plácido en su despedida ante un entusiasmado público al que logró poner de pie en numerosas ocasiones.

Acompañado en el escenario por la soprano argentina Virginia Sola, con quien compartió algunos duetos, el tenor madrileño reconoció sentir una "grandísima emoción" por celebrar este 2011 sus 70 años de vida y medio siglo desde su debut, que tuvo lugar precisamente en tierras mexicanas.

Tras interpretar "En la calle donde vives", Domingo explicó que la escogió para su homenaje porque fue su inicio frustrado en el mundo artístico, ya que figuraba como reserva en "My Fair Lady" y el cantante titular, amigo de sus padres, nunca faltó a su cita.

"Fue entonces -recordó- cuando un amigo me dijo que hiciese una audición para la ópera del Palacio de Bellas Artes (de la capital mexicana), y ahí empezó todo".

Pero la vinculación de Plácido Domingo con México es mucho más profunda, ya que en su capital vivió varios años al igual que sus padres, se casó con una mexicana y tuvo a dos de sus hijos.

Su ayuda desinteresada con el país norteamericano se desarrolló en momentos críticos, como el terremoto de 1985 o el huracán "Paulina", cuando celebró varios conciertos benéficos y regaló casas a los damnificados -entre otras acciones altruistas-, lo que ha ido consolidando el idilio que mantiene con el público mexicano.

"No puede ser", "Júrame" y "Bésame mucho", pusieron en pie a gran parte de los asistentes que acompañaron con sus cantos a Plácido Domingo. "Están ustedes muy bien de voz", admitió el cantante.

Pero lo mejor llegó al final de la actuación cuando, con el público ya en el bolsillo, interpretó con la música de mariachi además de la popular "El Rey" las también famosas composiciones de José Alfredo Jiménez "Paloma querida" y "Ella".

No obstante, el tenor no pudo despedirse sin antes deleitar a los presentes con la mítica "Granada" del mexicano Agustín Lara, que le fue reclamada desde las gradas.

Cuando abandonaba el escenario tras más de dos horas y media de actuación, las espontáneas "Mañanitas" interpretadas por la orquesta y coreadas por muchos de sus fans emocionaron a un Plácido Domingo que se volvió a citar con ellos para celebrar dentro de una década su 80 cumpleaños.

Imagen: El tenor español Placido Domingo y la directora de orquesta sinfónica, Alondra de la Parra, participaron ayer, martes 29 de marzo de 2011, del concierto en el que Domingo celebró su cumpleaños número 70 y el 50 aniversario de su debut en México, en el Auditorio Nacional en Ciudad de México.

México, 30 mar (EFE)