Las bondades del sonido a través de The Chemical Brothers
Mariel Argüello
Ed Simons y Tom Rowlands han otorgado a la música electrónica diversas bondades. Basta y sobra con saber en que ellos fueron los primeros en generar cierto tipo de atracción/reconciliación de los fans del rock y de la música bailable hacia la electrónica junto a exponentes como Underworld, Orbital, Fat Boy Slim y The Prodigy en los años 90, convirtiéndose de inmediato en el soundtrack de la cultura en éxtasis. Influidos tanto por el acid house, que proliferaba en las noches de The Haçienda como del hip hop de Public Enemy, fueron bautizados inicialmente como de The Dust Brothers, hasta que se toparon con otra banda que tenía el mismo nombre y tuvieron que ceder por completo los derechos para no tener problemas.
Sin embargo y con una discografía plagada de números 1 en los charts más importantes de su género, The Chemical Brothers han mantenido una filosofía compositiva “que no distingue realmente cuando son instrumentos, música orgánica y programaciones”. En plena era millennial, The Chemical Brothers vuelven este 2019 para dar a conocer No Geography, un material que, sin querer, nos provoca abrir pista y nos hace recordar a aquellas gloriosas joyas como Exit Planet Dust (1995), Dig Your Own Hole (1997) y Surrender (1999).
Si bien en este nuevo álbum no abundan voces de peso como a las que nos tenían acostumbrados —y que iban del nivel de Noel Gallagher, Tim Burgess (The Charlatans), Richard Ashcroft, Beth Orthon, Wayne Coyne (Flaming Lips), Bernard Sumner (New Order), St. Vincent o Beck—, Rowlands y Simons decidieron mejor apoyar a nuevas voces como Aurora, el rapero japonés Nene y Stephanie Dose, convirtiéndolo en el material más propio, bailable y redondo que hayan realizado. +
Si no tuviste la oportunidad de ver su actuación en la pasada edición del Corona Capital 2018, prepárate, pues lo que trae entre manos este dúo británico te volará la cabeza este 12 de mayo en el Pepsi Center del WTC.