La política de las contradicciones

En más de un sentido, México es un país excesivo en donde los extremos se tocan y las esencias se confunden. ¿Podría usted, si no, asegurarle a cualquier forastero dónde termina el Distrito Federal y comienza el Estado de México? ¿O explicarle cómo, en una nación lacerada por el hambre, la pobreza y la desigualdad social, existe un puñado de empresarios que se cuentan entre los más ricos del orbe?

Habitamos, no cabe duda, el territorio de la ambigüedad, la ambivalencia y el “todojunto”. En eso radica nuestra riqueza y también nuestra desgracia. Las circunstancias que nos definen no conocen austeridad ni justo medio. Son variopintas, monstruosas, acomodaticias y siempre funcionales. Nos sucede todo y, en ocasiones, hasta lo normal. Flor y espejo de esa perpetua contradicción es la política, verdadero caldo de cultivo de ideologías que en menos de lo que hierve un gallo se traicionan a sí mismas.

En "Nuestra tragedia persistente. La democracia autoritaria en México" el doctor Lorenzo Meyer nos ofrece, a la par, una revisión exhaustiva de nuestra historia política reciente y una lúcida investigación sobre “las razones por las cuales, en el tránsito de un siglo a otro, no cristalizó el gran potencial de cambio en las estructuras de poder en México”. Se trata, pues, de un estudio histórico que refleja los nudos e incoherencias de un sistema político vetusto y dañino que parecía agonizar pero que, como el fénix, resurgió de sus cenizas, ataviándose con otro disfraz: el disfraz de la democracia. En efecto, a partir del 2000, año de la alternancia, el autoritarismo priista fue sustituido por un sistema mixto al que podríamos llamar “democracia autoritaria” que, paradójicamente, hizo posible el regreso triunfal del viejo régimen. Si alguna vez pareció que se abría un nuevo y prometedor capítulo en nuestra historia política, ese capítulo sigue hoy sin inaugurarse, debido en buena parte a lo que nuestros gobernantes inmediatos anteriores dejaron de hacer. Escribe Meyer: “El grupo que, como gustaba decir, “asaltó Palacio”, con Vicente Fox a la cabeza, decidió simplemente administrar su victoria pero sin aventurarse a cumplir con lo que era la esencia de su responsabilidad histórica: emplear su enorme legitimidad para poner punto final a las viejas estructuras y prácticas autoritarias, dar cara al antiguo sistema con su historia de ilegalidad, abuso y corrupción, y movilizar a la sociedad para profundizar una democratización que apenas iniciaba.”

Sin embargo, el sexenio de Vicente Fox que, para perjuicio de todos, gobernó como el Borras, no es más que otro capítulo de un drama político que se remonta hasta los albores de la lucha por la Independencia y la Reforma, atraviesa la Revolución y desemboca en el salto del autoritarismo caudillista al autoritarismo institucional perpetrado por Plutarco Elías Calles al crear un partido oficial o de Estado que monopolizaría el poder durante 71 años. Con una capacidad de síntesis notable, presente tan sólo en el historiador experto que sabe extraer del pasado lo que puede seguir hablando al presente, el doctor Meyer nos ofrece las claves para comprender la realidad política actual con elementos de antaño, gestados a lo largo de más de dos siglos de historia patria.

Así, la “democracia autoritaria” en la que nos encontramos es el resultado de dos maneras de entender la política que, más que distinguirse entre sí, se han ido mezclando hasta confundirse. Escribe Meyer: “Si nos atenemos a las formas, el régimen político mexicano es democrático. Pero si se ponen de lado los documentos legales: la Constitución, el tejido jurídico que de ella deriva, se quita el sonido al discurso de la clase gobernante y se observa lo que realmente sucede, entonces ya no es claro si la tendencia dominante es la democracia en proceso de consolidación o el retorno a alguna nueva forma de autoritarismo.” Mientras las derechas priísta y panista sigan aceptando la alternancia entre ellas pero negándosela a la izquierda no podremos hablar de un avance efectivo o de una consolidación del ideal democrático. Con el regreso del PRI a la Presidencia de la República y su predominio en el Congreso dichas posibilidades parecen más lejanas que nunca.

"Nuestra tragedia persistente", de Lorenzo Meyer, es un libro ilustrativo y sugerente que encarna el ideal moral de la historia como herramienta para entender la realidad y, en última instancia, transformarla. Vale la pena sumergirse en sus páginas no sólo para saber de dónde venimos o hacia dónde nos dirigimos como Estado o Nación, sino también para tener en cuenta que el camino de la involución, jamás deseable, es hoy más posible que nunca. Sólo como ciudadanos concientes de su historia podremos sortear el peligro y hacer lo necesario para no avanzar hacia atrás.

Lorenzo Meyer: "Nuestra tragedia persistente". La democracia autoritaria en México. México, Debate, 2013, 485 pp.

Por: Lobsang Castañeda

Imagen: Portada del libro"Nuestra tragedia persistente", de Lorenzo Meyer.
Mascultura 16-Ene-14