Un cementerio de paisaje para Brecht

Vivir junto a un cementerio no siempre ha sido muy agradable para mucha gente. Algunos, incluso, rehúyen de los camposantos por el temor de las fuerzas espirituales que rondan en el lugar. ¿Habría que temerle al lugar donde descansan los restos de seres queridos y amigos? Muchos no lo consideran así.

Fue a finales del siglo XIX cuando vio la luz, por primera vez, uno de los dramaturgos alemanes que más darían de qué hablar en los siguientes años. Bertolt Brecht nació en Augsburgo, Alemania, el 10 de febrero de 1898. Brecht fue de los que abrazaron una causa política y ya no la soltaron. Sus convicciones provocaron que los nazis lo persiguieran y quemaran sus libros. Fue necesario que se exiliara con su familia para sobrevivir. Imaginen una de las guerras más destructivas del siglo XX, donde todos los bandos perdieron miles de vidas. Europa y Japón se vieron llenas de cuerpos, donde los habitantes tuvieron que aceptar ese lamentable hecho de vivir en ciudades convertidas en cementerios.

Brecht vivió en el número 125 de la Chausseestrasse, en Berlín, a partir de 1953, con su esposa, la actriz Helene Weigel, en un edificio que data de 1840, cuyas ventanas dan al cementerio donde yacen los filósofos Hegel y Fichte. ¿Sus espíritus habrán rondado al dramaturgo cuando, en su mesa junto a la ventana que daba al camposanto, alzaba la mirada antes de iniciar la escritura y declaraba que aquella era una visión no carente de alegría?

¿Habrán sido esos espíritus quienes reclamaron a Brecht? Otras teorías también rondan en torno a su muerte. Cualquiera que haya sido la razón, el comprometido escritor falleció el 14 de agosto de 1956. Hoy, en su cumpleaños 118, lo recordamos, no sin escepticismo y con alegría. ¡Felicidades!

Encuentra más obras de Bertolt Brecht en Librerías Gandhi.

Con información de "Una visita a la casa de Brecht" en La Nación.

MasCultura 10-feb-16