Para servirse con todo el alcohol que tenga a la mano: I AM OZZY (CONFIESO QUE HE BEBIDO). Memorias de Ozzy Osbourne

Todo comienza cuando a uno se le clava una canción en la cabeza y no puede sacársela. Ha de ser increíble tocarla frente a miles de personas, se piensa, hasta que esa idea se vuelve una obsesión y, más que eso, una meta. ¿Cuántos de ustedes, estimados lectores, no han tenido alguna guitarra entre sus manos, un micrófono o intentado manipular las baquetas entre sus dedos? Tocar en una banda de rock puede ser un mero pasatiempo, mientras que para otros es la vida entera. Así lo fue para John, un chico de Aston, Inglaterra, a finales de la década de los 60.

I am Ozzy (confieso que he bebido) cuenta la historia del joven John, mejor conocido como Ozzy Osbourne, que se obsesionó con lo Beatles y no descansó hasta tener su propia banda. En busca de llegar a ser alguien y no trabajar en una fábrica revisando bocinas que lo dejarían sordo a lo largo de los años, y que, sin embargo, ese fue su primer empleo en el mundo musical, Ozzy comenzó a tocar en algunos grupos hasta incorporarse a Polka Tulk Blues Band, con Tony Iommi, Bill Ward y Geezer Butler, alineación que tiempo después se convertiría en Earth y, finalmente, en Black Sabbath.

I am Ozzy es un catálogo de recuerdos de un alcohólico. O, más bien, lo que queda de ellos y una lista de blackouts. El señor Osbourne nos confiesa su larga vida en estado etílico y el desenfreno al que se incorporó después de probar el éxito en la música. Cocteles de drogas, de alcohol y de mujeres. Sí, se casó con Thelma Riley, tuvo dos hijos con ella, pero las mujeres seguían tocando a la puerta y era imposible decir que no.

Después de tener la posibilidad de conseguir automóviles con sólo una llamada telefónica, comprar un terreno y bautizarlo como Atrocity Cottage ¿qué más se puede pedir? ¿Qué pedirían ustedes? En el libro, Ozzy reconoce sus errores, por lo menos los que aún recuerda, como el hecho de no haber apoyado más a sus padres y pasar la mayor parte del tiempo en estado deplorable.

La música es un negocio y un arte lleno de tentaciones. Ozzy Osbourne probó de todo, desde dosis peligrosas de diversas sustancias hasta cabezas de palomas y murciélagos. Tuvo todo lo que jamás hubiera imaginado de no haber salido del 14 de Lodge Road donde creció. Tras su divorcio con Thelma, se casó con Sharon, quien fungiría como su verdadero amor y guía a través de su carrera musical y los vicios que lo desgastaban poco a poco.

Con I am Ozzy, se ratifican algunos de los mitos que giran en torno a la figura del maniaco cantante y, además, se transparenta el humano que hay detrás del ente comercial. Puede bañarse en dinero, ser conocido en todo el mundo y actuar como un demente. Sin embargo, al apartar esa imagen surge el hombre enfermo que busca evadir sus miedos y sus debilidades, el hombre que ha sufrido la pérdida de amigos y familiares.

I am Ozzy retrata a una persona como cualquier otra que se sienta a leer una reseña como ésta.

Por Rolando Ramiro Vázquez Mendoza

Imagen 2: Portada del libro I am Ozzy (confieso que he bebido).
Mascultura 26-Jul-12