Cada mes, en Revista Lee+ tenemos una sección llamada “para ver y oír”. Como su nombre lo dice, son recomendaciones de libros y discos que sin duda alguna, se volverán parte de tu colección personal. En nuestro número 114, les hablamos sobre un clásico de The Smashing Pumpkins y una cinta con millones de fans en el mundo.
The Smashing Pumpkins – Adore (1998, Virgin Records) |
Los años noventa y los Smashing Pumpkins. Billy Corgan con melodías de guitarra que se vuelven oscuras y hermosas en el cuarto disco de la banda y uno de los sucesos más esperados en 1998.
Adore rompe con el sonido melodioso de los Pumpkins para sonar electrónico y mucho más gótico que sus antecesores. Influidos por la muerte de uno de sus integrantes por sobredosis y el despido de otro por el mismo tema, las letras se vuelven maduras y se tocan contenidos de mayor profundidad; según Corgan, ya no le habla a adolescentes.
“To Sheila” y “Crestfallen” fueron los dos sencillos lanzados que no tuvieron la recepción esperada por los fanáticos. Lo mismo pasó con la canción “Perfect”, que fue el ancla que unió el pasado de la agrupación con el presente, dejando ver entre líneas una historia triste pero con instrumentos tocados con una calidez excepcional. Sin embargo, veinte años después se puede notar lo poco valorado que fue este disco, pues sin duda cuenta con la necesaria fuerza para ser un punto de referencia de la época, tanto visual como auditivo.
Adore fue nominado tres años consecutivos para un Grammy; la última vez fue derrotado por Hello Nasty, de los Beastie Boys, lo que nos hace entender lo originales y fuera de serie que fueron los noventas en la producción musical, volviéndose la puerta de entrada para la música actual y, sin duda alguna, la década que sobresale por su enorme poder creativo.
Eterno resplandor de una mente sin recuerdos – Michel Goundry/Charlie Kaufman |
¿Qué pasaría si pudiéramos borrar de nuestra mente todos los recuerdos de un amor que no funcionó? ¿Algunas personas aceptarían que una máquina desvaneciera todo rastro de aquella persona que le causa dolor y así iniciar una nueva vida, con la condición de que jamás recordarían de nuevo lo que olvidaron?
El tímido Joel Barish (Jim Carrey) inicia una tormentosa relación con la estrafalaria Clementine Kruczynski (Kate Winslet), dándole razón a la química de que los opuestos se atraen, y así esta singular pareja cae perdidamente enamorada. Pero con el tiempo sus diferencias se hacen mayores y la relación termina dejando un hueco irreparable en Joel; por suerte –y gracias a la magia de la ciencia ficción– existe un tratamiento para limpiar de la mente a esa persona que alguna vez se amó.
En una historia que destaca por su originalidad, Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (2004) nos transporta a un momento en el que todo ser humano ha estado o va a estar: con el corazón roto y la irreparable sensación de perdida que se experimenta; ese momento en el que desearíamos que el artefacto de borrar recuerdos existiera en realidad.
Michel Gondry y Charlie Kaufman son los creadores de un filme que rebasa las típicas historias de amor y al mismo tiempo el cine de ciencia ficción, haciendo una obra única en su tipo que, de no haber sido un increíble éxito comercial, podría clasificarse como un filme de culto. Ganadora de un premio de la Academia a mejor guión original.