Una aventura cuántica

Niko es un adolescente como cualquiera, bueno, casi como cualquiera. En medio de un entorno adverso, hace lo mejor que puede para sobrevivir. No es precisamente un chico popular en la escuela, ni el más brillante, pero se aplica a conciencia y sus maestros lo saben. En su casa los adultos están demasiado ocupados en sus asuntos como para tomarlo en cuenta. Su rutinaria y aburrida vida da un giro radical cuando un mensaje aparece en el techo de su habitación: “¡Si quieres que sucedan cosa diferentes, deja de hacer siempre lo mismo!”. Una completa provocación que lo llevará hasta un misterioso edificio resguardado por una puerta que nesecita de tres llaves y mucha inteligencia para poder abrirse.

Así da inicio “La puerta de los tres cerrojos”, una de las aventuras más sorprendente de la literatura infantil y juvenil contemporánea. Una aventura en la que no faltan los elementos clásicos del género: una heroína a quién proteger y que en algunas ocasiones demostrará más fortaleza y astucia que todos los personajes juntos, acertijos que por resolver, un misterioso gato que aparece y desaparece a su antojo y cuyo dueño responde al nombre de Erwin Schrödinger. Hay también un irreverente encuentro deportivo entre protones y neutrones que nunca llega a nada, un taller de relojería donde el tiempo es relativo y por supuesto un villano dispuesto a todo, con tal de sembrar el caos, rompiendo todas las reglas físicas del mundo conocido, que le permitan apoderarse de él. Por una extraña razón que iremos conociendo a lo largo de la trama, Niko, el protagonista ha sido el elegido para acabar con estos malévolos planes.

Esta historia no parece tener nada de particular, excepto que está situada en el espacio tiempo de la física cuántica. Lugar donde todo puede suceder, donde existen reglas muy particulares y que Niko, solo podrá salvar dominando estas leyes y teorías que lo rigen.

En efecto, el libro de Sonia Fernández-Vidal, es un inteligente ejercicio de divulgación de la ciencia, en especial de la física cuántica, revestido con el encanto de una aventura fascinante, además de contar con una gran calidad literaria. “La puerta de los tres cerrojos” es una buena manera de acercar a los adolescentes (y a los adultos), a conceptos fìsico-matemáticos que de otra forma parecerían sumamente complejos.

Su autora, Sonia Fernández-Vidal, es doctora en Física y en Óptica e Información Cuántica por la Universidad de Barcelona. Confiesa una gran pasión por la divulgaciòn de la ciencia, en especial entre el público juvenil, lo que la ha llevado a escribir dos novelas más: “Quantic Love” (2012) y “Desayuno con partículas” (2013), escrito en colaboración con el periodista Francesc Miralles, y en donde continúa abordando diversos temas de física de una forma amena.

Contra todo pronóstico, “La puerta de los tres cerrojos” se ha convertido en un libro de gran éxito de ventas, con ediciones en once idiomas y múltiples reediciones en español. Gracias a esta novela la ciencia nunca había sido tan entretenida.

-Sonia Fernández-Vidal: La puerta de los tres cerrojos. México, Editorial Océano y La Galera, 2011, 207 pp.

Por Andrés Mayo Góngora 

Mascultura 17-jun15