Un paso más allá de la inteligencia emocional

En 1967 Howard Gardner, reconocido académico de Harvard, realizó una serie de investigaciones en torno a las capacidades cognitivas del ser humano, los resultados le permitieron desarrollar su Teoría de las inteligencias múltiples. Esta teoría explica como se gesta el pensamiento y la capacidad de aprendizaje de los seres humanos. Gardner señala que todos contamos con nueve tipos de inteligencias que sumadas nos permiten la comprensión personal del mundo que nos rodea, ya que cada persona desarrolla estas inteligencias en diferentes niveles.

Las investigaciones de Gardner dieron paso al trabajo que años más tarde desarrollaría Daniel Goleman en torno a la Inteligencia Emocional. Goleman encontró en este nuevo nivel de inteligencia la capacidad de dominar la impulsividad, de motivarnos a perseverar y salir adelante a pesar de las frustraciones. Mucho tiempo ha pasado desde entonces y el paso lógico ha sido el desarrollo de un nuevo nivel de inteligencia que permitiera comprender otros aspectos del desarrollo humano: La Inteligencia Espiritual, un paso más allá de la inteligencia emocional. Una inteligencia de las más nuevas, pero también de las más antiguas. Esta inteligencia se relaciona con el sentido de trascendencia y conexión con el universo. Estudios recientes señalan evidencias de esta inteligencia desde tiempos remotos. Buda, por ejemplo, la llamó Vipassana.

Cindy Wigglesworth tuvo la oportunidad de ver como operaba este nivel de inteligencia siendo responsables del área de recursos humanos de un corporativo petrolero en Texas. Sorprendida de la forma en cómo reaccionan algunos equipos de trabajo sometidos a situaciones de presión, se preguntó ¿cómo logran salir adelante obteniendo resultados óptimos sin desgaste aparente, fortaleciéndose en el proceso y desarrollando un sentido de trascendencia? Al principio de forma intuitiva, y más adelante realizando su propia investigación, dio con algunas respuestas y más preguntas. El detonante de su trabajo sobre el tema es un sencillo cuestionamiento: “quiero ser una buena persona, ¿por dónde empiezo?”. Buscó ejemplos en las figuras más destacadas de la espiritualidad: el Dalai Lama, Jesús, Gandhi, Nelson Mandela. Como primer resultado de esta investigación, Wigglesworth estableció una definición para la inteligencia espiritual que le permitiera comprender ¿qué es? y ¿cómo opera?:

“Se trata de la capacidad de comportarse con sabiduría y compasión, mientras se mantiene la paz, tanto interna como externa, sin importar la situación”.

¿Es posible medir esta capacidad en los seres humanos? Ese fue el segundo resultado de la investigación: sí, es posible. En su libro “Las 21 aptitudes de la Inteligencia Espiritual”, Wigglesworth codifica los diferentes aspectos a tomarse en cuenta para reconocer y desarrollar la inteligencia espiritual. Se trata de un profundo ensayo con el que podrás medir esta capacidad en ti y en los otros.

Lo más interesante de este libro es que no se trata de información exclusiva para aquellas personas cercanas al camino del desarrollo humano, sino que también encuentra aplicaciones prácticas en el mundo de las empresas. Con “Las 21 aptitudes de la Inteligencia Espiritual” podrás crear empresas plenamente armónicas generando resultados óptimos.

Cindy Wigglesworth, “Las 21 aptitudes de la inteligencia espiritual”. México, Editorial Grijalbo, 2014, 262 pp.

MasCultura 23-dic-2016