Select Page

Benito Taibo: la pluma y la marmita

Benito Taibo: la pluma y la marmita

José Luis Trueba Lara y Victor Ruiz

Benito Taibo es uno de los escritores más queridos de la literatura mexicana contemporánea. Periodista y entusiasta promotor de la lectura entre los jóvenes, inició su camino en la literatura como poeta; sin embargo, a partir de 2010 ha publicado alrededor de once novelas. En esta entrevista, Taibo nos comparte detalles sobre  Cuchara y memoria (2024), las anécdotas que inspiraron sus páginas y su perspectiva sobre el papel que juega la comida en la construcción propia.

 

Lee+: En tus libros, la cocina y la mesa tienen un papel muy importante. Esto pasa en Cuatro veranos, y es el eje de Cuchara y memoria. He escuchado varias veces que la mesa de los Taibo, tu familia, siempre estaba llena de invitados, y que en ella se multiplicaban los peces y los panes. Cuéntame: ¿de qué manera te marcaron esos hechos?

Taibo: Me marcaron absolutamente. Siempre fue una mesa abierta, larga, generosa y maravillosa, donde la comida solo era un pretexto para el amor, la solidaridad, contar historias, sentirnos cerca unos de otros, era la posibilidad de la otredad y de mirarnos a nosotros mismos a través del reflejo de la mirada de otros. En esa mesa pasó toda la inteligencia iberoamericana e internacional del siglo XX, de la que disfruté enormemente y aprendí un montón de cosas. Estuvieron sentados Juan Rulfo, Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco, María Luisa Puga, Mónica Lavín, Rosa Beltrán, todas las grandes escritoras mexicanas. Bueno, yo comía y aprendía, me divertía y evocábamos. Comer es un acto civilizatorio, un acto de relación, de amor, de confianza y de cariño. Los seres humanos nos signamos, por eso somos el único animal que se reúne; mejor dicho, que se junta para comer y hablar. Hay otros animales que se reúnen para comer, como los leones, pero hay una diferencia enorme entre alimentarse y comer. Alimentarse lo puede hacer cualquier animal. El ser humano come y va transmitiendo emociones y mensajes, contando historias, creando universos alrededor de lo que sucede, mientras los sabores y las especias van pasando por tu paladar y tu boca.

 

Lee+: Tu padre es el autor de un libro definitivo sobre el mole. Me pregunto: ¿cómo te definieron estas comidas como persona y además cómo marcaron tu literatura? 

Taibo: Sin lugar a dudas, marcaron mi vida y generaron en mí una educación sentimental. Siempre digo que la educación sentimental es mucho más importante para mí que la educación formal, porque es la que genera empatía con los otros. En esa mesa, oí a los mejores poetas de muchas generaciones hablar y hacer poesía mientras hablaban. José Emilio Pacheco era capaz de comerse tres platos de fabada, ante el asombro de todos los comensales, y era francamente maravilloso. La comida, insisto, era un pretexto, pero era el mejor de los pretextos para entablar esas conexiones humanas, literarias, sentimentales, cinéfilas, melómanas. Sobre todo aquello que nos hacía ser quienes somos: seres humanos.

 

Lee+: Seguramente estás de acuerdo conmigo en que cocinar y compartir la mesa son actos llenos de amor y fraternidad. ¿Cómo ves la comida de las personas cuyo trabajo apenas les permite sentarse en un fast food?

Taibo: Lamento enormemente que suceda eso. Hay personas que tienen que comer rápido, prácticamente alimentarse, y sin embargo, a pesar de eso, lo disfrutan. No se comen cualquier cosa, van y buscan lo que les satisface, lo que les evoca, lo que les hace sentir en la boca el recuerdo de sus abuelos, sus tíos, su familia, de todo lo bueno que hay en la vida. Sin duda, comer es ese acto magnífico en el cual nos volvemos cada vez más humanos.

 

Lee+: Si uno está acostumbrado a comer con su familia o acompañado, cuando le toca comer solo lo extraña, ¿no? 

Taibo: Yo no sé cocinar para mí mismo. Cada vez que cocino, cocino por lo menos para cinco personas, aunque esté solo. Y esto lo aprendí de mi madre, por si llega cualquiera. Creo que dar de comer a otros es el máximo acto de solidaridad que puede haber.

 

Lee+: ¿Qué piensas de las comidas donde la gente destila malas querencias y odio?

Taibo:¿Qué odies una comida? Bueno, lo lamento, porque la palabra preferida de mi padre era Prueba y esa fue mi escuela gastronómica y mi escuela sentimental. Yo pruebo todo lo que me ponen y ya luego decido. No como todo, pero como lo que me gusta.

 

Lee+: Cuando las personas se adentran en Cuchara y memoria, no tienen más remedio que sorprenderse. Sus textos a veces están acompañados de una receta y en otras de un poema. En unos textos la realidad se hace presente y en otros tengo la impresión de que la imaginación los domina. ¿Por qué razón escribiste un texto con tantos ingredientes y tantas variantes como el mole?

Taibo: Porque la literatura, el cine y la música son parte inherente de nuestra educación civilizatoria. Están íntimamente ligadas a la comida. Insisto, es el triunfo de la memoria sobre la muerte. +

En Cuchara y memoria, Benito Taibo invita a reflexionar sobre cómo la comida y la mesa son espacios donde se construyen vínculos, se comparten historias y se preservan tradiciones. Una obra que celebra el poder de los sabores para conectar nuestra humanidad con la memoria colectiva.

José Luis Trueba Lara es escritor, editor y profe. Colabora en la radio y de pilón sale en la tele. Duerme la siesta con su esposa y ha publicado varios libros. Es un lector que ha llegado al extremo de trabajar para pagarse el vicio. Twitter: @TruebaLara