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‘Pedro Páramo’ en una serie fotográfica

‘Pedro Páramo’ en una serie fotográfica
María Fernanda y Eva María Gómez Vázquez
(colaboración especial)

De cada diez mexicanos, ocho saben que Pedro Páramo es una de las mejores obras de la literatura mexicana y universal. Borges la incluyó entre las cien obras más importantes de la literatura universal. De esos ocho, tres lo han leído, y sólo uno considera haberle entendido.

Quien logra traducir los paisajes de Comala, quien logra palpitar al ritmo de los deseos de los personajes y vivir ese amor, esa nostalgia, la culpa y la angustia que no dejan vivir y mucho menos morir, asegura que Pedro Páramo es una obra maestra. Sin embargo, muchas personas que lo leyeron, ya sea por obligación escolar, o a una edad prematura, no tienen una opinión clara —por no decir ni idea— de qué se trata esta historia. Es más: muchas personas sólo conocen la obra por nombre pero posiblemente nunca la leerán.

Este fenómeno merece una explicación.

Una de las razones por las que en general se le tiene poco afecto a esta obra es porque Pedro Páramo no tiene una narrativa tradicional, lo que la hace una obra muy rica pero un tanto compleja de entender.

Juan Rulfo presenta un mundo con reglas “confusas”; la obra no tiene capítulos sino fragmentos, y su concepción de la realidad es compleja: para empezar, no es del todo sencillo entender quién está vivo y quién está muerto. Cuando llegas al mundo de Comala, susurros de muy dudosa procedencia te guían a un mundo sin fondo, y si no logras descifrar sus significados, el bostezo de la canícula te ahogan hasta la muerte, tal y como le sucedió a Juan Preciado. No obstante, en contraposición a la dificultad narrativa, el argumento es sencillo: Para cumplir la promesa hecha a su madre moribunda, Juan Preciado viaja a Comala para ajustar cuentas con su padre, Pedro Páramo. En el camino, una serie de personajes lo irán guiando hasta llegar al mundo de los muertos, al pasado que nadie logra recordar del todo, y a un fin que apenas está siendo escrito.

La pregunta sigue ahí: ¿Qué hacemos para que el valor de esta obra, y de muchas de las grandes obras de la literatura mexicana, sobrepase la pereza a acercarse a leerlas? “Ya nadie lee como antes” dijo Hermann Bellinghausen en un artículo escrito para La Jornada a principios de este año 2018:

En la actual mutación de las formas de expresión y del arte reina aún la incertidumbre de adónde de veras irán a parar la creación y la percepción de las obras… ¿Sobrevivirán tales sutilezas en la lectura directa del siglo XXI, cada día más vertiginosa, intertextual, adrenalínica y lejana del venerable libro que ya nadie resguardará con el amor físico de las mil 500 generaciones anteriores?

Probablemente sí. Pero no se trata de sobrevivir, sino de adaptarse; evolucionar y mejorar.

El proyecto “¿Quién es Pedro Páramo?” es una serie de doce fotografías de moda que funcionan como traducción visual de una obra maestra de la literatura mexicana y universal. Cada pieza tomó como base un fragmento, uno de sus personajes o un pasaje significativo de la obra. La serie podría considerarse como una sinopsis visual de la obra, pero busca más ser una llamada a la atención del público; que lo invite a admirar el trabajo creativo que una obra maestra de la literatura mexicana puede generar, y que lo lleve en el mejor de los casos a leerla por sí mismo.

Para ver todas las imágenes, visita:

https://www.lasmariasmx.com/photography-1/quin-es-pedro-pramo-1