Las memorias de Barack Obama
12 de noviembre de 2020
Cuando los presidentes norteamericanos terminan su mandato, se dedican a tres cosas: administrar sus fundaciones, dar conferencias y escribir sus memorias. Es una tradición bien establecida en los últimos años; excepto con Donald Trump, cuyos esfuerzos, si no se equivoca la prensa política estadounidense, estarán orientados a la creación de un canal de televisión: TrumpTv.
Pero al margen del estruendoso futuro Former President, los demás han seguido el guion al pie de la letra. Así, sus voluminosas memorias aparecen en los estantes de las librerías pocos años después de su salida del poder, son comentadas en la prensa y, lo más importante, le dan contexto y hondura a las decisiones que tomaron desde la Casa Blanca. Una legítima preocupación por su legado parece impulsar estas iniciativas.
Ahora es turno de que Barack Obama, presidente de los Estados Unidos del 2008 al 2016, tome la palabra.
Una tierra prometida
El primer volumen de las memorias de Barack Obama, Una tierra prometida (Debate), contiene su experiencia como un joven con intensas aspiraciones políticas y el momento justo en que su figura se proyectó a todo el país durante la Convención Nacional Demócrata del 2004, gracias a un discurso que retomó algunas de las más clásicas ideas sobre los Estados Unidos y su constitución. Cuatro años después de ese discurso decisivo, Barack Obama sería nombrado presidente.
Sin lugar a dudas, la parte más interesante y sustancial de este primer volumen es la que Obama dedica a su campaña presidencial y su llegada a la Casa Blanca. Además de sus opiniones sobre el sistema político norteamericano y sus relaciones con otros líderes mundiales, entre los que destaca Vladimir Putin, con quien mantuvo serias y patentes diferencias.
El expresidente también confiesa las dolorosas transformaciones y adaptaciones por las que tuvieron que pasar su esposa e hijas al modificar tan diametralmente su mecánica familiar al llegar a la Casa blanca, y no teme aceptar sus inseguridades y decepciones.
Una tierra prometida “refleja la convicción de Barack Obama de que la democracia no es un regalo divino, sino algo cimentado en la empatía y el común acuerdo, que construimos juntos día a día”, refiere la editorial. +