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El misterio, la historia y la pasión unidas en una saga trepidante….

Estremecedora secuela de El Misterio del Águila, La diosa y la serpiente confirma el éxito que obtuvo Juan Miguel Zunzunegui con la primera  parte de esta trilogía.

Tras la salida de El Misterio del Águila, novela que ha vendido a la fecha cerca de 30,000 ejemplares, Juan Miguel Zunzunegui nos entrega la secuela que no defraudará al lector.

En esta vibrante secuela de El misterio del Águila, Sofía y Miguel viven una etapa turbulenta en su relación a la vez que decae el movimiento insurgente. Van tras los pasos de la ‘Sociedad del Águila’ y ‘Los Guadalupes’, pero todo apunta a que son un mito.

Aun cuando Sofía y Miguel recibieron con agrado la bendición matrimonial por parte del padre Morelos cuando continuaba excomulgado y la confianza entre lo dos crecía a la par del movimiento, nunca se imaginaron que la traición y el decaimiento de los insurgentes pudieran destruir la cordialidad existente. Este desengaño vino acompañado de otro: al parecer la Sociedad del Águila y Los Guadalupes eran un mito  para aprovechar ciertas situaciones históricas. El referente, sin embargo, motiva otros planteamientos y puede abrir caminos de redención que la pareja, luchando en contra de sus propios miedos y desconfianzas, intentará encontrar para el bien nacional  y mutuo.

Dadas las actividades cotidianas de Miguel, Sofía tiene fuertes sospechas sobre su fidelidad. Por su parte, Morelos ha desoído a sus colaboradores más leales y se ha dejado llevar por un infiltrado de los realistas. Eso lo ha llevado a una racha de derrotas pero, sobre todo, a convertirse en un ser soberbio e intransigente. Galeana y Matamoros, sus principales brazos, han sido apresados y asesinados. Cada uno de ellos rompió con él cuando vieron que su jefe se volvió soberbio y dejaba de lado los ideales. Los movimientos políticos y bélicos de Napoleón y el jaloneo que llevan a cabo Fernando padre y Fernando hijo por la corona española ha permitido que, en la Nueva España, también se enfrenten dos fuerzas para obtener ese territorio: la iglesia y los representantes de una corona sin dueño. Calleja es Virrey y busca aniquilar la insurgencia definitivamente. El Gran Inquisidor se lo ha ordenado y, además, ha mandado observar a Miguel y a Sofía para saber qué es lo que encontrarán en su búsqueda. Ellos, por su parte, una vez reunidos van a Valladolid a la casa de Miguel a buscar información. Encuentran un baúl donde nuevamente aparece una lista con nombres de quienes, se supone, han presidido la Sociedad del Águila, además de otros documentos que los relacionan con Los Guadalupes. Sin embargo, todo sigue siendo un acertijo, sin que se revelen los secretos. Encuentran un documento que parece indicar que busquen en La Rodilla del Diablo, ojo de agua ubicado en la casa de Sofía. Van hasta ahí y encuentran un baúl con documentos. Cuando salen, un fraile franciscano los espera. Es el espía que ha mandado el Gran Inquisidor, quien les dice que todo ha sido un invento, nunca existieron Los Guadalupes ni la Sociedad del Águila. Sin embargo, es cierto que ellos, Miguel y Sofía, son descendientes de Hernán Cortés y de la hija de Moctezuma. Les habla de su linaje y de la importancia de estar conscientes de lo que harán. Por descubrir la verdad mucha gente ha muerto y a ellos les puede pasar lo mismo, además de que deben estar preparados para asumir lo que encuentren. El fraile se va diciéndoles que en el mito de la Mujer Serpiente está lo que buscan. Una vez fusilado Morelos, Miguel y Sofía salen en busca de Guadalupe Victoria. Cuando dan con él en Veracruz, Victoria está debilitado y decaído. Pero se alegra de verlos. Después de los saludos, Sofía le pide explicaciones. Guadalupe Victoria tampoco le da señales claras de lo que busca. Le dice que, en efecto, ni los Guadalupes ni la Sociedad del Águila existieron realmente, sino que fueron un grupo de personas que retomaron las ideas, filosofía y ceremonias que Guillén de Lampart llevaba a cabo. Asimismo, con las pruebas que han encontrado, Victoria les hace ver la manipulación que se ha dado del pueblo indígena a través de la Vírgen de Guadalupe, cuyas apariciones nunca sucedieron y que sólo ha sido un sustituto de Cihuacóatl Tonantzin, logrando con ello unificar a los indígenas, aunque también representó un riesgo, pues se caía en la idolatría. Eso llevó a un enfrentamiento entre Franciscanos y Dominicos que afectó hasta los Jesuitas, quienes aparentemente apoyaban a la Sociedad del Águila. Victoria les hace ver que, en el misterio de Cihuacóatl (La Mujer Serpiente) está la verdad que buscan. Guadalupe Victoria, al igual que el monje franciscano, les hace ver que este es un terreno complicado y peligroso. Al mismo tiempo, Miguel se delata perdiendo ante los ojos de Sofía un pañuelo bordado con el nombre de María Ignacia (La Güera Rodríguez) lo que conforma sus sospechas de infidelidad. Victoria les informa de la inminente muerte del movimiento insurgente y de la salida de Calleja del país para ser enjuiciado en España. Miguel, emocionado, afirma que le darán el indulto. Sofía se decepciona de él, pero sabía que en algún momento lo haría. Desaparece y logra que lo indulten. Al paso de los días, Victoria le dice a Sofía que debe escapar junto con Inés y sus dos fieles seguidores. Su cabeza tiene precio y no puede exponerlos. Sofía está casada con Miguel por todas las de la ley, pues antes de ser fusilado, Morelos obtuvo el perdón de la iglesia y su bendición tiene validez. Le dice también que Miguel no ha actuado mal: que todas sus ausencias, su relación con la Güera Rodríguez y su petición de indulto ha sido para ponerla a salvo por órdenes de él mismo. Le dice que lo busque y olvide el pasado para hacer su vida a su lado. Sofía lo entiende, sobre todo ahora que está embarazada. Victoria, a la distancia, le dice que él conoce el misterio de la Mujer Serpiente. Sofía se va en busca de Miguel.

Imagen uno: Extracto de la portada El misterio del Águila de 

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Juan Miguel Zunzunegui

Imagen dos: Portada de El misterio del Águila II, La diosa y la serpiente de Juan Miguel Zunzunegui

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