‘Tiempos recios’, la nueva novela de Mario Vargas Llosa
12 de octubre 2019
Al mejor estilo de Mario Vargas Llosa, Tiempos recios cuenta varias historias, ocurridas en distintos momentos históricos, que se van complementando como piezas de un rompecabezas hasta revelar lo que fue la vida y la política en Guatemala desde que la ilusión democrática y reformista dio paso a las presiones autoritarias.
La primera historia tiene como protagonista a Marta Borrero Parra, Miss Guatemala, una jovencita que muy temprano en la vida queda embarazada del doctor Efrén García Ardiles, amigo de su padre e intelectual de izquierda. Se casa con él a la fuerza, pero su matrimonio es una farsa y al poco tiempo, desesperada, lo abandona. Su padre no la recibe de vuelta, y ella, algo confundida y desesperada, se dirige a la Casa Presidencial. Alegando que tanto su padre como su marido fueron amigos del dictador, logra ser recibida por Castillo Armas. Desde ese momento se convierte en su protegida.
La segunda historia compromete a Abbes García y a un guatemalteco, el teniente coronel Enrique Trinidad Oliva. Los dos hombres están en Guatemala y algo planean. Al principio no sabemos quiénes son ni qué hacen, pero poco a poco, y gracias a los datos que revelan las otras historias, vamos entendiendo que todos los pasos que dan estos personajes conducen a Castillo Armas. La tercera gran historia que cuenta Tiempos recios tiene como protagonistas a Jacobo Árbenz, Carlos Castillo Armas y a personajes secundarios como el embajador norteamericano John Peurifoy. Estos son los episodios históricos de la novela, en los que el autor narra de forma vívida las reformas que introdujo Árbenz en detrimento de los intereses de la United Fruit, la reacción del Gobierno estadounidense y la conspiración fraguada entre Castillo Armas y Peurifoy para invadir Guatemala desde Honduras y derrocar a Árbenz. Empleando con maestría los saltos temporales, Vargas Llosa va contando los pormenores de esta historia a lo largo de toda la obra. En las últimas páginas de la novela, todos estos episodios cobran un significado trascendente cuando aparece un personaje inesperado: el Che Guevara.
La mentira con la que empieza la novela, esa fake new que inventa un publicista para proteger los intereses de su cliente, la United Fruit, desencadena una tragedia que fuerza a Fidel Castro quien hasta 1959 no era comunista— a buscar el amparo de la Unión Soviética para evitar que la historia guatemalteca se repitiera en Cuba. La profecía acabó autocumpliéndose. La histeria anticomunista creó el comunismo en Cuba, y por contagio en toda América Latina. Tiempos recios, de los que aún no se recupera el continente.
El origen de Tiempos Recios
«Hace unos tres años escuché en la República Dominicana una historia bastante insólita sobre el régimen de Castillo Armas, quien llegó al poder en Guatemala luego de un golpe militar montado por la CIA contra el presidente Jacobo Árbenz, a quien acusaban de comunista. El asunto me intrigó tanto que comencé a investigar al respecto, hice dos viajes a Guatemala, entrevisté a mucha gente, leí periódicos de la época y, añadiendo muchas cosas imaginarias, de todo ello resultó Tiempos recios. Como algunas de mis novelas, tiene un fondo histórico que he respetado en sus grandes líneas pero he añadido fuertes dosis de invención.
Desde luego que lo ocurrido en Guatemala con la caída de Jacobo Árbenz tuvo una enorme repecusión en toda América Latina. Ocurrió en tiempos de la Guerra Fría, cuando Estados Unidos se sentía eufórico luego de haber conseguido la caída del Gobierno de Mossadeq en Irán, y no toleraba que ningún gobierno latinoamericano actuara de manera independiente frente a las compañías norteamericanas. Era el caso de la United Fruit, una compañía bananera que se extendía por toda Centroamérica, el Caribe y Colombia. La reforma agraria de Árbenz, que no era comunista, sino capitalista, motivó aquel golpe. Creo que las peores consecuencias fueron empujar al 26 de julio de Fidel Castro a la extrema izquierda y crear un clima favorable hacia la revolución socialista entre los jóvenes latinoamericanos de esa época.»+
Mario Vargas Llosa