Fragmentos de la vida de Gabriela Mistral
Pareciera que la vida privada de las figuras públicas causa cierto morbo, cierto interés desconocido por saber cómo llevan su existencia, cuáles son sus lecturas, quiénes o qué causa sus desvelos.
Una curiosidad sana, en el mejor de los casos, que se desahoga al leer los diarios, las cartas, biografías o autobiografías, textos que nos ayudan a comprender mejor al individuo y su circunstancia. No hablemos de los casos obsesivos y mejor hablemos de la poetisa que hoy recordamos.
El 7 de abril de 1889, en Chile, nació Lucila María Godoy Alcayaga, mejor conocida como Gabriela Mistral. Fue hija del maestro Juan Jerónimo Godoy, conocedor de griego, latín, filosofía, literatura y teología y de Petronila Alcayaga que era modista y bordadora. En 1892 su padre abandona a Gabriela y a su madre, por lo que ambas se mudan con Emelina Molina, hija de Petronila, fruto de una relación de años antes. Ambas mujeres tendrán un impacto en la futura poeta. Por un lado, las atenciones de su madre, quien siempre le cantó canciones de cuna y la cuidó. Por el otro, Emelina, que era maestra rural, le dio sus primeras lecciones escolares y de lectura a su hermana.
En 1901, toda la familia se muda a la población de La Serena. Es ahí, con su abuela materna, Isabel Villanueva, donde su formación cobra vital importancia al acercarse a los estudios de la Biblia. Durante los siguientes años no volverá a matricularse en la escuela y será autodidacta. Sin embargo, será ella misma la que comience a dar clases en 1903.
Otra mujer en la vida de Gabriela Mistral fue Doris Dana. Su relación sentimental se mantuvo en secreto, pero cartas y poemas demuestran el cariño mutuo que existía entre las escritoras. El 10 de enero de 1957, Gabriela Mistral falleció, por lo que Doris se convirtió en la albacea de su prolífica obra. Hoy, recordamos a esta enorme poetisa.