Select Page

Entender el narcisismo: herramientas para sanar y protegerte de relaciones tóxicas

Entender el narcisismo: herramientas para sanar y protegerte de relaciones tóxicas

Yara Vidal

La doctora Ramani Suryakantham Durvasula, reconocida psicóloga clínica, profesora y autora, se ha convertido en una de las principales voces en el estudio del narcisismo y el abuso emocional. Autora de cinco libros, su obra más reciente, No eres tú. Identifica y sana tu relación con un narcisista (OCEANO), ofrece una guía profunda y práctica para enfrentar estas complejas dinámicas. En esta entrevista, la doctora Durvasula comparte claves para identificar, entender y manejar relaciones marcadas por el narcisismo, así como herramientas esenciales para la sanación personal.

Para empezar, para las personas que no conocen la diferencia entre el narcisismo y el trastorno de la personalidad, comienzas el libro explicándola. ¿Puedes explicarnos cómo podemos identificarlo y cómo llegaste a este mundo?

Creo que es algo bastante complicado porque hay casi tres niveles en esa conversación. El primer problema es que mucha gente escucha la palabra narcisismo y piensa inmediatamente en el mito donde hay alguien que se ama a sí mismo y quiere mirarse en el espejo. Pero eso no es exacto. O van inmediatamente a la idea del trastorno de la personalidad, el trastorno narcisista de la personalidad, que tampoco es del todo exacta.

Quería hacer esa distinción porque muchas veces la gente dice: “Bueno, no me siento cómodo usando esta palabra”. Si se trata de un diagnóstico, ¿no debería esta persona ser vista por un profesional de la salud mental? Ahora, aunque hay un diagnóstico de trastorno narcisista de la personalidad, muchas personas no siempre lo reciben porque este es un grupo de personas que a menudo no busca terapia. Estas personas con personalidades narcisistas o trastorno de la personalidad piensan que no son responsables de nada. Culpan a los demás y a menudo se mueven por el mundo de manera bastante grandiosa y arrogante, creyendo que son increíbles y que necesitan mucha atención. Como dije, estas no son personas que normalmente llaman a un terapeuta a menos que las cosas en su vida no estén yendo como ellos creen que deberían.

La razón por la que hago esa distinción tan claramente es que mucha gente decía: “Bueno, no van a ir a ver a un terapeuta. ¿Eso significa que nunca puedo pensar que son narcisistas?”. El narcisismo es un estilo de personalidad y es una forma de ser, un estilo que no es el más saludable. Es bastante desadaptativo. Una persona que tiene este estilo de personalidad a menudo pone sus necesidades por delante de las de otras personas. Se caracteriza por ciertos patrones como poca empatía, sentido de derecho, grandiosidad, arrogancia, patología, egoísmo extremo, y una necesidad constante y exagerada de admiración y elogios. Estas son personas que a menudo son muy superficiales y solo se enfocan en cosas superficiales. Así que las relaciones no son muy profundas. A menudo son relaciones caracterizadas por la manipulación o la traición. Ese es el estilo de personalidad, y la personalidad en todos nosotros es algo difícil de cambiar. Pero este estilo de personalidad en particular es prácticamente imposible de cambiar lo suficiente como para que se modifique el comportamiento, porque ese es realmente el problema: la personalidad es la personalidad. Son los rasgos de una persona, pero eso se convierte en comportamientos que causan problemas reales en las relaciones.

Luego tenemos otro problema, que es que mucha gente está abusando de esta palabra. Están usando la palabra narcisismo para llamar a una persona que es egoísta o para referirse a alguien que está mucho en las redes sociales. Estamos tomando esta palabra que en realidad es bastante compleja y tiene muchas características diferentes; la usamos de esta manera tan simplificada. Abusar de ella causa que la gente ponga los ojos en blanco y luego las personas que realmente están en relaciones con personas narcisistas comienzan a dudar de sí mismas, diciendo: “Bueno, todos dicen que estamos usando esta palabra demasiado, así que tal vez yo la estoy usando demasiado también”.

 ¿Crees que ahora es más fácil identificar este problema y enseñarle a la gente sobre él? ¿Cómo ha sido tu proceso personal al respecto? Además, ¿cuántos años llevas lidiando con este tema?

Llevo más de 20 años trabajando en este tema. Creo que ahora hay una conversación más amplia sobre el asunto. La gente está empezando a reconocer cómo se conectan estos aspectos y a decir cosas como: “Esto no es saludable”. Más importante aún, están entendiendo que probablemente este problema no cambiará y que, definitivamente, no es culpa de quien lo sufre. Es decir, no eres tú. No soy yo. ¿Verdad? En gran medida, siento que las personas están progresando en su entendimiento. Una diferencia notable que me alegra mucho es que más jóvenes están comenzando a comprenderlo. Esto está influyendo, por ejemplo, en cómo enfrentan las citas o en cómo toman decisiones sobre relaciones a largo plazo.

Sin embargo, siempre ha habido resistencia a esta conversación, y creo que siempre la habrá. A veces, las personas consideran que este enfoque es derrotista o despectivo, y reaccionan diciendo cosas como: “Bueno, nadie es perfecto”. Pero la cuestión no es la perfección, sino el daño que ciertas conductas pueden causar. No se trata solo de alguien que comete un error y automáticamente etiquetarlo como narcisista. A menudo, quienes sufren en estas relaciones son cuestionados por los demás, escuchando comentarios como: “Quizá esperas demasiado” o “Tal vez estás pidiendo demasiado”. Esto complica más las cosas, ya que esas personas ya están lidiando con un gran sufrimiento. Aunque hemos avanzado, no hay duda de que el progreso ha sido lento.

Como sabes, hay una teoría de que estamos a seis personas de distancia de conocer a todo el mundo. ¿A cuántos grados crees que estamos de una persona narcisista o con trastorno de personalidad narcisista?

Creo que cada uno de nosotros tiene al menos a una persona narcisista en su vida. Según las estimaciones, probablemente una de cada diez personas sea narcisista. Para algunas personas, las relaciones afectadas por el narcisismo son centrales en su vida, como un padre o un cónyuge. En otros casos, puede ser alguien menos relevante, como un familiar distante, un vecino o incluso un compañero de trabajo. Sin importar quién sea, creo que todos estamos expuestos a interactuar con alguien con este tipo de personalidad.

Siempre me sorprende cuando alguien dice: “No creo haber conocido a nadie así antes”. Mi reacción suele ser: a) eres muy afortunado o b) tienes un mundo social muy pequeño. Aunque todos probablemente tengamos al menos a una persona narcisista en nuestra vida, el impacto que tiene en nosotros depende de la relevancia de la relación. Por ejemplo, si la persona narcisista no tiene mucho poder sobre tu vida, puedes considerarla más como una molestia que como una fuente de sufrimiento. Sin embargo, si se trata de una relación de la que no puedes escapar o que te marcó profundamente, como en la infancia, entonces el impacto puede ser mucho más significativo.

He seguido tu trabajo y quiero agradecerte porque tus videos y libros me han ayudado mucho. Entendí que, si creces en un entorno con una persona narcisista, es más probable que normalices esas dinámicas. ¿Es común que esto te lleve a adaptarte automáticamente a relaciones o ambientes similares, incluso con personas que tienen mucho poder sobre ti, como un jefe?

Lo que describes se relaciona con lo que llamamos patrones intergeneracionales. No es inusual que alguien que creció en un entorno con estas dinámicas termine replicándolas en otras relaciones, como en un matrimonio, en el trabajo o en su círculo social. Cuando estas relaciones se repiten, pueden llegar a sentirse como una “nueva normalidad”. No significa que te guste o que no te afecte, pero puede llevarte a cuestionarte constantemente: ¿Tal vez estoy pidiendo demasiado? ¿Estoy siendo demasiado exigente o sensible? Esto puede hacer que aceptes relaciones dañinas al pensar que así son las cosas. Los patrones intergeneracionales hacen que estas dinámicas parezcan inevitables, especialmente si crecimos viéndolas como parte de nuestra vida cotidiana. En consecuencia, cuando las encontramos en la adultez, es menos probable que las cuestionemos o reconozcamos como dañinas.

Para mí, tener tu libro cerca es como contar con una guía, como si nos acompañara en el proceso y nos dijeras: “Está bien, pasarás por esto y aquello, y todo estará bien”. ¿Podrías compartir algunas de esas herramientas que pueden ayudar a las personas?

Una de las herramientas clave es la educación: entender que estas dinámicas son patrones. Reconocerlos es el primer paso para manejarlos. La segunda herramienta es la aceptación radical. Aunque no a todos les gusta este término, se refiere a aceptar que estos patrones no cambiarán y que el comportamiento de la otra persona no es tu culpa. Este ajuste puede ayudarte a tener expectativas más realistas y evitar la sorpresa constante por su conducta. Aceptar esto no elimina el dolor, pero reduce la sensación de culpa y frustración al enfrentarte repetidamente a lo mismo. Llegar a este punto puede ser doloroso, porque implica renunciar a la idea de que estas relaciones serán como esperabas. Esto te lleva a un cruce de caminos, donde no siempre puedes alejarte físicamente de estas personas, ya sea por lazos familiares, culturales o económicos. Sin embargo, puedes aprender a desconectarte emocionalmente, establecer límites y controlar lo que compartes con ellos. Por ejemplo, comparte tus buenas noticias primero con personas sanas y evita confiar en alguien narcisista con tus problemas, ya que suelen ser fuentes de invalidación.

Un paso esencial para sanar es fortalecer tus apoyos sociales. Muchas veces, dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo y energía a intentar agradar a las personas más narcisistas de nuestras vidas, aunque nunca sea suficiente. Cambiar este enfoque y priorizar relaciones saludables puede tener un impacto positivo en tu bienestar. Si decides dejar una de estas relaciones, es importante prepararte, ya que la persona narcisista puede reaccionar de manera hostil. La preparación no elimina las dificultades, pero te ayuda a tomar decisiones más conscientes para protegerte. Finalmente, la verdadera sanación radica en redescubrir quién eres fuera de estas dinámicas. Estas relaciones tienden a definirte según las expectativas de la persona narcisista, pero el trabajo profundo consiste en reconectar con tus valores, intereses y propósito. Incluso si no puedes alejarte físicamente, puedes explorar tu identidad y desarrollar una versión más auténtica de ti mismo.

Recuerda que no es tu culpa. El comportamiento narcisista es suyo, y tú no puedes asumir la responsabilidad por ello. El libro No eres tú subraya precisamente esta idea: entender que no tienes que cargar con esta responsabilidad es parte fundamental del proceso de sanación. +