Premio “Mauricio Achar”: Amor al prójimo, de Gabriela Enríquez

Premio “Mauricio Achar”: Amor al prójimo, de Gabriela Enríquez

I.

El Premio “Mauricio Achar” de Literatura Random House / Librerías Gandhi es una plataforma definitiva para el lanzamiento de nuevos escritores. En la edición más reciente, participaron 310 novelas y cinco resultaron finalistas. La ganadora fue Amor al prójimo, de Gabriela Enríquez. Las razones por las cuales fue elegida se muestran en el acta que suscribió el jurado, integrado por Fernanda Melchor, Julián Herbert y Alaíde Ventura: “Por su tratamiento intimista de las relaciones familiares y las dinámicas de violencia”. Efectivamente, la novela explora la relación y la ruptura entre dos hermanas, la vulnerabilidad y la pérdida. Escuchar a la ganadora era imprescindible; éstas son algunas de sus palabras.

Hace tres años vivo en Pátzcuaro y desde hace 25 me dedico a la educación. Cuando salí de la universidad, me uní al Instituto Nacional para la Educación de los Adultos y me enamoré de este trabajo, en el que he estado involucrada en la investigación y la operación de algunos programas. Seguramente por esto llevo una doble vida: soy una trabajadora de la educación y, casi al mismo tiempo, soy una escritora.

Amor al prójimo nació después de siete años de escritura. Durante más de dos mil 500 días tuve que ir y venir por sus palabras y sus ideas. Fueron muchos meses dedicados a reescribirla y pulirla. La novela es una artesanía, resultado de un proceso de destilación: primero se te ocurren ideas muy grandes, y luego tienes que darles forma hasta llegar a su núcleo. Ése fue el gran reto: destilar capa tras capa —tanto de las ideas como del lenguaje— para poder llegar a las cuestiones de forma, ritmo y música. El trabajo fue hermoso. Bueno, todo es un trabajo hermoso, pero éste requería mucha precisión y detalle.

A Amor al prójimo la revisé en varios talleres. En los últimos tiempos la trabajé con un grupo de escritores de Michoacán y de Morelos; pero en la parte más intensa —cuando se definía y estaba tomando forma— estuve al lado de Mario González Suárez. Él es una suerte de Virgilio: te cuestiona, te mete en problemas y, sobre todo, te dice “vamos, yo te acompaño en este viaje”. Mario te regaña todo el tiempo, pero siempre está a tu lado y te obliga a lanzarte, porque escribir significa eso, lanzarse a crear un mundo.

Nadie tiene la seguridad de que ganará un premio. El día que dieron el fallo, me llamó Andrés Ramírez para darme la noticia y hablé un poco con el jurado, que era magnífico. Estaba sorprendida y sólo pude decirles una cosa: “Me voy a poner a llorar ahora mismo”. Amor al prójimo había sido galardonada. Un premio te cambia la vida y te da una nueva perspectiva sobre el futuro. Un premio para una primera novela te eleva, pero ¿qué vas a hacer con la vida que te queda? Ése es un problema serio, nada fácil de resolver; sin embargo, estoy escribiendo otra novela.

 

II.

Desde que empecé a escribir, mi vida ha se transformó en la existencia de dos hermanas. Mi vida con la escritura ha sido casi clandestina: trabajo en mi profesión para poder escribir en secreto. Tal vez de esto viene la idea de las vidas paralelas que narro en Amor al prójimo. 

La familia que protagoniza la novela está marcada por la fe. Ésta se muestra en todos los rincones de su vida. Sin embargo, su religión no representa un fanatismo, es parte de su vida, de su cultura, de su lenguaje y de su manera de ver las cosas. En esta familia, dos hermanas compiten por el amor de su padre y casi se odian. Ellas, en cierto sentido, se parecen a Caín y Abel. Son arquetipos que resultan mucho más comunes de lo que pensamos. La competencia por el padre, por estar en su buen lado —especialmente en un mundo patriarcal— no resulta extraña.

También creo que Amor al prójimo viene de lo que se escucha en la infancia. Oyes a tus padres y a tus abuelos hablar de cosas que se convierten en leyenda. No sabes si son verdaderas o falsas. Incluso algunas se transforman en fantasías. Esto se va mezclando a medida que creces, con tus miedos y tus esperanzas; lo que oíste se mezcla con tus sueños, con las películas y los libros. Amor al prójimo es una amalgama llena de mentiras y verdades, y ellas terminan creando mitos. Todas las familias tienen algo de esto. Amor al prójimo no pretende cuestionar el patriarcado ni nada por el estilo. Sus personajes siquiera lo mencionan. Simplemente lo viven y lo sufren. +