No es amor, se llama obsesión… #ColumnaVerteatral

“Son las 5 de la mañana y no he dormido nada… No oh, no es amor, lo que tú sientes se llama obsesioooón” versa atinadamente la guapachosa bachata. Y es que el amor y la obsesión son condiciones humanas frecuentemente confundidas.

La característica principal de la codependencia psicológica radica en depositar en otra persona la realización de éxitos y fracasos propios. Esto no es otra cosa que juzgarse a sí mismo por el reflejo en la mirada del otro; empresa que las más de las veces, está predestinada al naufragio.

Marie, una mujer de pocas luces, está obsesionada con Gustave, un mediano escritor, a su vez obsesionado con un ‘jodido irlandés’, un tal Samuel Beckett, que en la vida real vivió obsesionado con otro irlandés de nombre James Joyce. Marie, sumergida en la codependencia hasta las orejas, pretende ayudar a Gustave en sus locas ofensivas contra Bekett, que claudican ante la abrumadora genialidad de la nueva pieza escrita por su molino de viento personal: “Esperando a Godot”.

Este es el argumento de "Riñon de cerdo para el desconsuelo" de Alejandro Ricaño que se presenta los miércoles en el Foro Shakespeare bajo la dirección de Angélica Rogel y dentro de la residencia artística de la compañía Complot/Escena.

Ricaño se ha convertido en una figura destacada entre las plumas jóvenes de la dramaturgia mexicana, sus textos -dirigidos o no por él- generalmente cosechan buenas críticas y espectadores satisfechos. Tal es el caso de “Más pequeños que el Guggenheim”, “Un hombre ajeno” y “Cada vez nos despedimos mejor”, pero desde mi particular punto de vista “Riñón de cerdo para el desconsuelo”, es la joya de su corona. Esta patética escalinata de personajes atormentados con alcanzar la zanahoria que cuelga frente a sus narices, combina el humor con situaciones francamente desoladoras y Ricaño las soluciona con asombrosa fluidez y elegancia.

Este agudo y acertado texto recae en una puesta en escena que no desmerece en absoluto.

Angélica Rogel materializa el alma obsesiva y maniática del libreto en un montaje preciso y minucioso, donde la dirección está presente en cada instante, pero esto lejos de distraer, potencia el motor dramático de los personajes. La mano dura y detallista de la directora se complementa atinadamente con el pequeño calabozo parisino de los años cuarenta, en el que se respira la inminente catástrofe de la guerra.

Las actuaciones de Pilar Cerecedo y Omar Medina son divertidas y conmovedoras, la incomodidad y el patetismo son manejados con maestría por este par.

Sin embargo hay una mosca en la sopa, y no es atribuible a los cocineros, sino al restaurante, es decir al Foro Shakespeare. Se trata de los gritos y el ruido correspondiente a otra función que se presenta de manera simultánea en uno de los espacios alternativos del teatro.

El Foro Shakespeare se ha consolidado como uno de los espacios independientes más constantes de la cartelera chilanga y sin duda, su amplia programación en espacios no tradicionales es un enorme acierto, pero es su responsabilidad el garantizar una experiencia digna a los espectadores de cada una de las obras que programan. Deben asumir la filosofía del “juntos pero no revueltos” y proteger las frágiles atmósferas que cada montaje pueda construir, sin que los olores y sabores de los otros platos las contaminen.

Cada función en el Foro Shakespeare “Riñón de cerdo para el desconsuelo” debe luchar contra ajenas distracciones sonoras, pero afortunadamente, noche a noche sale triunfante.

Le quedan pocos miércoles a esta corta temporada, corra usted por un trocito de riñón. No se arrepentirá.

Por Fernando Bonilla (teatrero chilango).

Mascultura 26-Ago-14

 

"Riñon de cerdo para el desconsuelo"
De Alejandro Ricaño
Dirección: Angélica Rogel
Con: Pilar Cerecedo y Omar Medina
Del 16 de junio al 17 de septiembre
Miércoles 20:30 horas
Foro Shakespeare
(Zamora 7, Col. Condesa, México DF)
ticketmaster.com.mx