En busca del futuro; “Prohibido entrar sin pantalones” de Juan Bonilla

Son abundantes los casos de escritores cuyo ascenso y consagración están ligados a su cercanía con ciertas esferas en el poder; tanto simpatías ideológicas como verdadera audacia creativa. Tales casos como el gran poeta Octavio Paz, tan criticado hacia los últimos años de su vida, y quien comenzó con una postura que poco a poco viró conforme pasaba el tiempo. Maiakovski es otro ejemplo ciertamente menos paradigmático, que cubrió un amplio espectro: desde el desprestigio a la consagración nacional, hasta regresar al origen, un ciclo cerrado.

Prohibido entrar sin pantalones” (Seix Barral, 2014) es la biografía novelada del escritor ruso Vladimir Maiakovski con la que Juan Bonilla presume el Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa 2014. Escrito con una narración ágil, que se erige como un artefacto que entrecruza géneros como son la novela y la biografía, Bonilla se encarga de reconstruir el camino por el que transcurrió el poeta de la Revolución.

Joven y contestatario son dos palabras que podrían pensarse indisolubles para algunos casos y Maiakovski tuvo mucho de ambas. Sumergido en el futurismo, junto con sus colegas impertinentes y necios, muchas veces serían vistos con malos ojos por otros escritores. Su carrera poética inicia con el rechazo, como muchos de los movimientos artísticos de los albores del siglo XX. Sin embargo, paulatinamente comenzó a granjearse la simpatía de algunos con sus escritos cargados de una inclinación política que llegó al poder con la Revolución rusa de 1917. Con un ascenso incuestionable, Maiakovski pasó de ser un poeta poco considerado al poeta de la Revolución: se transformó, durante un periodo, en la figura que tanto criticó antes de pintar las primeras canas.

“Prohibido entrar sin pantalones” configura la imagen de un gigante, no únicamente en proporción a la altura que ostentó, sino al genio que llegó a lograrlo todo, para después ser despojado de su prestigio que el mismo régimen le había otorgado. Aquí somos testigos de las relaciones de poder con las que lidia Maiakovski, contra escritores que buscaban borrarlo del mapa de la literatura rusa; su particular relación sentimental con la pareja Brik, donde Osip fue su protector y amigo, mientras que Lily, la esposa de Osip, era amante del poeta; y también del permanente malestar que agobió hacia el final de su vida a Maiakovski, el perrito que ya no tenía a quien moverle la cola.

La gran altura y su mirada gélida pareciera que eran parte de un meticuloso disfraz, características de un personaje que, en el fondo, vivía dubitativo y cada vez más desolado. Así asistimos a la expresión sobre una época y un poeta, incorporada en “Prohibido entrar sin pantalones”, a la lucha por desviar la rutina y a la carrera por alcanzar el futuro, ése que sólo llegó hasta el final, aunque demasiado tarde.

Por Rolando Ramiro Vázquez Mendoza @LordNoa

Juan Bonilla. “Prohibido entrar sin pantalones”, México, Editorial Planeta Mexicana, 2014, 382 pp.

Mascultura 20-Ago-14