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Un nuevo detective

Rocco Schiavone ha llegado para quedarse. Antonio Manzini da comienzo con "Pista negra" a lo que augura ser una serie cautivante de la novela negra. Para los fanáticos de este género, encontrarán en el subjefe de policía Schiavone algunas similitudes con el antihéroe mexicano, pues Schiavone es el policía que resuelve casos, pero también es el que delinque en menor grado, que saca provecho de algunas situaciones y que está muy cerca de la línea divisoria del bien y del mal; no obstante, que tiene claro que un criminal no siempre recibe a través de la justicia lo que se merece, así que tiene que optar por otros métodos.

Schiavone, intolerante, gruñón, melancólico a veces, no es un personaje romántico, es un hombre que arrastra un pasado que no le permite dormir, pero que también añora; sin embargo, esto lo mete en problemas con sus superiores y lo irrita cada vez que le llaman. Si algo detesta “El non plus ultra, la madre de todas las tocadas de cojones: tener que apechugar con un caso.” Preferiría quedarse en su oficina fumando marihuana, harto de lidiar con imbéciles, como algunos de sus colegas. Un hombre que siempre tiene tiempo para hacer negocios, incluso en medio de una investigación y para distraerse con una mujer. 

En "Pista negra", Schiavone tendrá que resolver el misterio del asesinato de un hombre encontrado en las Pistas de Champoluc. Con un frío inclemente y a altas temperaturas, se dará a la tarea de entrevistar a una población en la que todos son de alguna forma parientes y de sobrellevar la resaca de su trabajo, porque para Rocco Schiavone resolver un caso es “el habitual y desagradable sentimiento de culpa […] Siempre era así. Cada vez que resolvía un caso se sentía sucio, pegajoso, necesitado de una ducha o de un viaje de un par de días. Como si él fuera el asesino”.

La novela de Manzini recuerda en cierto grado la serie Twin Peaks, el entorno nevado de una población apenas existente, en la que habrá de introducirse, a sus casas e, incluso, hasta en sus hábitos, para descubrir la verdad. En la búsqueda de la pista negra, uno de los mayores aciertos de Manzini es la construcción de personajes, no sólo el policía detective, que es sumamente humano, con sus altas y sus bajas, sino también a esos imbéciles que detesta Schiavone, a las mujeres comunes y bellas como artistas de cine, y a sus mancuernas Sebastiano e Italo, quienes están del lado de la justicia como del delito.

Pista negra, Antonio Manzini, Barcelona, Salamandra Black, 2015, 252 pp.

Por Perla Holguín Pérez

Mascultura 03-jun-15