Steinbeck y el poder de contar historias

John Steinbeck nació en California el 27 de febrero de 1902 y estudió en la Universidad de Stanford, de donde no consiguió graduarse. De entre sus numerosos trabajos estuvo la albañilería, jornalero rural o empleado de tienda. También ejerció el periodismo ocasional, fue reportero en la Segunda Guerra Mundial y guionista de cine.

Su éxito comenzó a llegar a partir de la publicación de Tortilla Flat, en 1935, que le ganó el premio “La medalla de oro”, un galardón otorgado a la mejor novela escrita por un californiano. A partir de ahí, su carrera literaria fue en ascenso, hasta que en 1962 consiguió una de las preseas más codiciada en el mundo de las letras: el Nobel. Sin embargo, el anuncio del ganador produjo muchas cejas alzadas.

La razón por la que ganó el premio, según el Comité, fue porque era el candidato menos malo de entre los finalistas, además de no haberse encontrado en el mejor momento de su carrera literaria. Los otros candidatos fueron: el dramaturgo francés Jean Anouilh, la escritora danesa Karen Blixen, el británico Lawrence Durrell y el poeta inglés Robert Graves, aunque ninguno convencía a los cuatro expertos cuya tarea era seleccionar al ganador. La elección causó polémicas e, incluso, el propio Steinbeck dijo: “En mi corazón puede que haya duda de si merezco el Premio Nobel en vez de los otros hombres letrados por quienes siento respeto y reverencia”.

Los textos realistas y socialistas de John Steinbeck, quien falleció el 20 de diciembre 1968, muestran un gran interés por dar voz a los desfavorecidos, muchas veces a los olvidados.

Con información de: “Nobel al escritor menos malo” en El País.

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