El nazi y el psiquiatra

Hablar y ser analizado por un psiquiatra puede ser una situación incómoda y hasta vergonzosa, a menos que seas un nazi. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, los lideres nazis, así como algunos de sus seguidores, fueron puestos en cautiverio antes de ser sometidos a un juicio por crímenes de guerra. Para esto, previamente fueron examinados por médicos, concretamente por el psiquiatra Douglas Kelley, quien habría de determinar si poseían las condiciones mentales necesarias para enfrentar un juicio.

“Cuando apareció en medio del drama de Ashcan, Douglas Kelley no tenía ninguna experiencia con criminales de guerra, si acaso, solamente contaba con algunos antecedentes en la práctica de la desintoxicación de adictos. La misión le llegó de forma inesperada el 4 de agosto de 1945, cuando recibió órdenes nuevas del comando ejecutivo del Ejército de los Estados Unidos […] Kelley no sabía que esas órdenes catapultaría su vida en una nueva dirección.”

"El nazi y el psiquiatra" relata la inmersión del Dr. Kelley en el pensamiento de las mentes maestras detrás de la ideología Nazi. Si bien tendría que cumplir con el objetivo de evaluar las condiciones mentales de los presos, Kelley planeaba descifrar algo posiblemente más importante y a la vez más perturbador, “averiguar si los prisioneros nazis mostraban señales de algún defecto común: la disposición a cometer actos malévolos. ¿Acaso compartían un desorden mental, o existía una causa psiquiátrica para su comportamiento? ¿Había una personalidad nazi que explicara sus horrendas fechorías?”

En esta encrucijada, el periodista Jack El-Hai escribe sobre algunos de los personajes más importantes del nazismo, así como del propio Kelley, relatando su infancia, matrimonio y, en general, la vida familiar de estos. Entre los líderes, se detiene en el controversial Hermann Göring, quien ostentaba una larga lista de títulos que decían más de su personalidad que gustaba mostrarse públicamente que del papel que desempeñaba como siguiente en la línea después de Hitler. Se trataba de “un cerdo de sonrisa falsa”, describiría el comandante Andrus en su primer encuentro. Pero de todos sus títulos, el que más disfrutaba era el de Reichsmarschall.

A pesar de la peculiaridad de estos personajes, especialmente la del Reichsmarschall, Kelley se dará cuenta de que lo realmente común entre los lideres nazis es su narcisismo y arrogancia, no así una condición médica. Sus estudios lo llevarán a determinar que estos hombres disfrutan en demasía ser el centro de atención. De forma un tanto lacónica, Jack El-Hai plantea su tipo, como hombres que disfrutaban hablar con Kelley porque seguían sin creer que tendrían que enfrentar un juicio por sus crímenes, en su calidad de lideres y ostentando títulos como los que tenían. De esta forma, al sentirse invencibles, “si no se les interrogaba en varios días, se sentían ignorados.”

"El nazi y el psiquiatra" es una investigación detallada de la vida de los hombres que cambiaron la historia, a su muy terrible manera, y también una visión de quien tuvo la esperanza de que dichas personalidades se pudieran reunir de forma clínica y se enfrentó con la realidad de que fueron tan “comunes” como cualquier otro hombre podría serlo.

Por Perla Holguín Pérez

Jack El-Hai, El nazi y el psiquiatra. México, Editorial Planeta, 2014, 318 pp.

Mascultura 22-Ago-14