Recordar es la mejor manera de olvidar
El desamor es uno de esos temas universales sobre los que siempre se puede escribir algo distinto. Todos lo hemos sufrido y por eso es muy fácil identificarnos con las múltiples historias que lo utilizan como punto de partida. Se nos ha dicho cómo afrontarlo, cómo sobrellevarlo, y hasta cómo evitarlo, pero nadie nos dice cómo olvidarlo. Por supuesto, no existe un manual básico para superar este tipo de problemas, cada quien los tiene que afrontar a su propia manera. Pero ¿qué sucede si con el paso del tiempo aún no hemos superado una ruptura? ¿Significa que estamos mal y necesitamos ayuda profesional? Esta es la misma pregunta que da vueltas por la mente de Antonia, una mujer cuyo único propósito es olvidar a un viejo amor en la más reciente novela de Mónica Lavín, “Doble filo” (Lumen, 2014).
En el vértigo de su terrible mal de amores, la protagonista busca en un pequeño pueblo la ayuda de una mujer a quien se le conoce como “La Bruja”. Y no precisamente por hacer hechizos o rituales mágicos, sino por su habilidad de lograr cosas que no son particularmente muy fáciles. A manera de terapia, La Bruja y Antonia comienzan un proceso de confidencias y ejercicios que evocan la nostalgia de sus amores pasados. Involucrando viejas fotografías, pañuelos, maletas y hasta zanahorias, ambas se dan cuenta que despojarse de una tremenda carga sentimental no es tan fácil como parece.
Mas allá de una simple terapia de olvido, “Doble filo” es un texto que invita al lector a ser parte de un íntimo relato sobre dos mujeres de distintas edades que comparten historias llenas de pasiones efímeras y cicatrices permanentes.
Reconocida cuentista y ganadora del “Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska”, Mónica Lavín aborda situaciones que son muy difíciles de definir; olvidar, recordar, amar… A final de cuentas todo es un proceso volátil y doloroso, porque como dicen: tratar de olvidar a alguien es recordarlo para siempre.
Por Orianna Martínez
Mascultura 27-May-14