En qué pienso cuando pienso en los sesenta

¿En qué piensan si les digo “sesenta”? ¿En la década del rocanrol mexicano o en los jipis gringos? ¿En Vietnam o en Tlatelolco? ¿En una época o en la edad de su abuelita? ¿En el surgimiento de los zombis, en el cine o en las protestas estudiantiles en todo el mundo? ¿En una posición (¡pillines!) o en una canción de Los Beatles?

Durante años, yo pensé que “los sesenta” era una década remota, llena de crinolinas, chamarras de cuero y baile bien jelou. Luego me enteré de que, mientras en nuestro país Angélica María y Enrique Guzmán empezaban con las agujetas de color de rosa y las baladas shubidú, en Estados Unidos ya estaban metidísimos en el flower power y los viajes de ácido. También pensaba, a veces, que Los Beatles eran unos locazos por ponerse a pensar cómo sería su vida a los sesenta y cuatro años; y ahora, que estoy en los cuarenta, me parece que no me falta (gulp) tanto tiempo para eso, por lo que, si me dicen “década de los sesenta”, prefiero pensar en la de Vaselina y no en la que me espera dentro de algunas arrugas y un puñado de canas. Y es que la década de 1960, en México, tuvo —además de las protestas, el rocanrol y las olimpiadas— un rasgo muy interesante: surgieron los primeros libros escritos por adolescentes, para adolescentes y retratando su forma de hablar. Ahora nos puede parecer cosa de todos los días; pero en su momento fue un escándalo que un morrito de veinte años publicara una historia sobre un morrito de dieciséis (que, además, era la edad que tenía el autor cuando escribió el primer borrador). La bandita dedicada a la literatura “seria” se horrorizaba de que la historia hablara sin censura de sexo (¡y aborto!), borracheras, música y referencias culturales del momento. Por supuesto, así como shockeó a algunos, encantó a otros: estoy segura de que año con año esta novela gana nuevos lectores que se sorprenden de lo fresca que sigue siendo. Si no la han leído, se las recomiendo muchísimo: es La tumba, de José Agustín, publicada originalmente en 1964 (lo pueden encontrar en DeBolsillo).

Por Raquel Castro

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Mascultura 9-feb-16