De las tragedias en torno a la escritura
“Nada le gusta más a un escritor que relatar las tragedias de otros escritores”, dice la sinopsis que acompaña la obra de Patricio Pron, El libro tachado. Y es verdad, los que nos desenvolvemos en el medio de la literatura, ya sea como autores o lectores sabemos de antemano que los escritores hablan o escriben sobre los malos ratos que pasan otros escritores. Son tal vez los primeros en juzgar o quejarse de la fortuna de otro escritor.
“Nada le gusta más a un escritor que relatar las tragedias de otros escritores”, dice la sinopsis que acompaña la obra de Patricio Pron, El libro tachado. Y es verdad, los que nos desenvolvemos en el medio de la literatura, ya sea como autores o lectores sabemos de antemano que los escritores hablan o escriben sobre los malos ratos que pasan otros escritores. Son tal vez los primeros en juzgar o quejarse de la fortuna de otro escritor.Y no está mal, en primera instancia, pues ejercer la crítica es una responsabilidad que va de la mano de su oficio. Pero lo que sucede de forma más común no es esto sino lo opuesto, el escritor que se regocija de las tragedias del otro, porque son las tragedias que no le han tocado, o porque simplemente esta vez no le tocó a él.
Esa línea tan breve es un excelente gancho para el lector, pues incluso el que no escribe, sólo lee, también disfruta de la tragedia del otro, porque así pareciera ser nuestra naturaleza, así que con un poco de morbo el lector ya se ha acercado a El libro tachado. Sin dudas los episodios sobre los infortunios del quehacer literario son gratos y se leen con gusto, acordarse por ejemplo, irónicamente, de los inquisidores o censores de libros que no apoyaban cierta doctrina; pero también de quienes otorgaron el perdón a libros que tampoco lo hacían pero que habían corrido con suerte de que su inquisidor no dominara la lengua en la que estaban escritos. Que cierto libro se salve de la hoguera sólo porque su ejecutor no sabe leer sus palabras es un gesto sumamente humano. O que la censura se haya hecho en nombre de “la libertad” deja en el camino muchos cuestionamientos.
Pron nos recuerda también a quienes, sujetos incluso de demandas legales, fueron acusados de plagio, entre los casos más sonados el del mexicano Sealtiel Alatriste. Pero también casos en los que los albaceas, como María Kodama, defienden a capa y espada, a veces con necedad, la propiedad intelectual de la obra en cuestión. Cada uno de los casos que Pron señala cuidadosamente “pone en escena, no la propiedad intelectual de una obra en concreto, sino la posibilidad misma de que esa propiedad exista, una idea que, en sustancia, viene siendo cuestionada desde hace casi medio siglo por la crítica literaria […]”. Este es el modo en que Pron vincula esos casos incómodos del mundo literario con el quehacer crítico y teórico de la literatura.
En este recorrido, Pron revisa y expone las “prácticas de la negación y del silencio en la crisis de la literatura”, haciendo un recorrido desde teorías fundamentales, como son las de Roland Barthes, quien proclamó la muerte del autor, hasta el estado actual de la literatura en el que, por ejemplo, existen obras publicadas en coautoría, colaboraciones que no sólo centran la discusión en la existencia de uno o más autores, sino también en las condiciones en que se genera actualmente la obra literaria.
Lo gratificante del libro es que no se toman autores y teorías con la intención única de exponerlos y ejemplificarlos, sino de cuestionarlos y colocarlos en el lugar que ocupan actualmente dentro de los estudios literarios y, sobre todo, en relación con el sistema de producción literaria. En este sentido, cabe mencionar que El libro tachado también trata del proceso más íntimo, del que tiene que recorrer el autor junto a su obra para que ésta sea publicada. Un libro útil para escritores y lectores, pero finalmente, un libro que logra argumentar de forma clara una serie de problemáticas en torno a la literatura.
Por Perla Holguín Pérez
El libro tachado, Patricio Pron. Madrid, Turner Noema, 2014, 306 pp.
Mascultura 09.Feb.2015