Entrevista con Carlos García Gual

La palabra mito suele relacionarse con narraciones increíbles más vinculadas con las mentiras que con cosmogonías que constituían la realidad de distintas culturas. Dentro de aquellas maneras de entender el mundo y la naturaleza, es probable que la griega sea una de las más difundidas, y es muy conocida tanto por su literatura como por múltiples discursos surgidos en los últimos siglos, así como algunos de los personajes que existían en dichos mitos.

El helenista español Carlos García Gual comenta al respecto: “Defino al mito como una especie de relato tradicional, es decir, que viene de atrás, y que narra aventuras y hazañas de personajes extraordinarios, generalmente en un tiempo lejano y prestigioso, que de alguna manera una sociedad considera paradigmáticos. En esa definición se queda de lado si son religiosos o no. Yo insisto, y creo que es la tendencia actual, a que lo importante es que estén en el imaginario colectivo, que persistan en la memoria de la gente más allá de formas escritas o de textos precisos”.

García Gual, en su libro La muerte de los héroes, aborda pasajes de la vida de los héroes griegos no siempre comentados de forma exhaustiva: los finales trágicos de cada uno de los personajes: “Me di cuenta de que en la literatura antigua no se habla tanto de los héroes como de sus hazañas, de sus momentos de gloria. Una de las novedades de este libro es que reúne una serie de muertes a veces extrañas, a veces más pintorescas, y ahí distingo tres tipos: los grandes héroes antiguos del mito, como Hércules; luego le dedico una parte a los héroes de Homero, que son fundamentalmente los que mueren en la batalla, son héroes guerreros que tienen una muerte singular, trágica; luego le dedico una parte a tres heroínas: Clitemnestra, Antígona y Casandra, porque las mujeres estaban un poco marginadas, pero de pronto en el mundo griego aparecen esas figuras que recordaremos siempre”.

Con respecto a la distinción que podría trazarse entre las figuras heroicas clásicas y las contemporáneas, el investigador explica una línea tajante entre los unos y los otros: “Yo trato efectivamente de héroes antiguos, héroes y heroínas, porque en la sociedad griega fueron muy importantes. Era una sociedad con un trasfondo un tanto aristocrático.

En la actualidad es muy difícil definir quién es un héroe porque, por una parte, las grandes figuras de la política o del deporte no tienen esa sustancia o esa calidad que parecían tener los héroes antiguos: el mundo moderno lo atropella todo. Hay un tipo de héroe que es el que se sacrifica por los demás, es decir, a veces los bomberos, o el individuo que de pronto sale a salvar a alguien.

Pero héroes en pleno sentido de la palabra, en una sociedad como la nuestra, posmoderna, es muy difícil encontrarlos”, y agrega: “El héroe clásico estaba en un tipo de sociedad antigua en que la gran personalidad podía desarrollarse y hacer una gran contribución a la sociedad. En el mundo moderno eso es mucho más difícil, porque es un mundo de grandes masas, de máquinas, de seres un poco repetidos, de manera que es muy difícil en esta época. Se podía hablar de los héroes casi en un sentido marginal: de los del cine, de las grandes figuras del espectáculo, pero héroes de verdad como los de antes no hay”.

Somos testigos de una época rebosante de superhéroes, cuyo prestigio ha aumentado a partir de las adaptaciones cinematográficas basadas en legendarios personajes de cómics. Al respecto, cuando García Gual piensa en alguno de éstos que pudiera recuperar concluye: “No. Los héroes de los cómics como Superman y tantos otros son un poco héroes de papel; yo insisto que hay otro tipo que es el que se sacrifica por los demás, el médico que afronta situaciones difíciles, enfrenta la muerte, ése es uno, pero no es un gran héroe, sino un filántropo, que no es lo que eran los antiguos”.

Carlos García Gual finaliza con una reflexión en torno a la actualidad y vigencia de los héroes contemporáneos: “La guerra moderna es una guerra tecnológica, de grandes aparatos, de grandes máquinas que deja muy poco espacio a la aventura individual. Yo creo que todavía podría hablarse de héroes de la Primera Guerra Mundial, algunos aviadores, algunos grandes estrategas, pero luego en el mundo moderno, si uno piensa en la guerra de Vietnam, ¿qué héroes ha habido? Nada. Es como si la máquina social, la masa se hubiera comido al héroe”.