Un poema de amor

A pesar de la polémica generado por 20 poemas de amor y una canción desesperada, éste es el reconocido poemario que hizo saltar a la fama a un joven Pablo Neruda.

Pablo Neruda es considerado por muchos el mayor poeta latinoamericano; según Gabriel García Márquez es el más grande poeta del siglo XX en cualquier idioma. Nació en Chile en el año de 1904 y conjugó a lo largo de su vida una activa militancia política en fervor de las causas sociales y una prolífica actividad creativa.

En su obra destacan títulos esenciales como; Crepusculario, Canto general, Odas elementales, Residencia en la tierra, España en el corazón (escrito durante la guerra civil española) y Cien sonetos de amor. El libro con el que se inició la precoz madurez de su amor y, de entre todos los suyos, el de mayor difusión y aceptación, es Veinte poemas de amor y una canción desesperada, que ha conmovido a varias generaciones de lectores. Neruda, pseudónimo de Neftalí Reyes, recibió el Premio Nobel de Literatura en 1971.

Su libro que aquí presentamos, Veinte poemas de amor y una canción desesperada, fue el libro con el que Pablo Neruda se mostró intempestivamente como un gran poeta. A pesar de generar polémicas y discusiones sobre su estructura y sus temas, no cabe duda que este poemario consagró a un joven de apenas 19 años que, en aquel entonces, le faltaba mucho y lo mejor por mostrar de su literatura.

XX
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche esta estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

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MasCultura 26-abr-16