Entrevista con Margo Glantz

Viajar es fundamental”, sentencia la escritora mexicana Margo Glantz (Ciudad de México, 1930) en una plática que se desarrolla en la sala de su casa, en el centro de Coyoacán.

La estancia, de un estilo rústico, es en sí misma un viaje por el tiempo; da la impresión de que allí no pasan los años. Glantz lee la revista que le extiendo, y no hay poder que la desconcentre: la lectura es un viaje más del que es imposible extraer a la autora de Coronada de moscas (Sexto Piso), el libro en el que cuenta sus experiencias, sus memorias, su pasión y disgusto por India: “Si no viajo siento que mi vida no tiene sentido, y me gusta mucho tener viajes en el futuro y siento que tengo futuro si tengo viajes.

Mis viajes generalmente no son viajes de descanso: pocas veces escribo sobre mis vacaciones. En general, casi todos los viajes que he hecho son o de estudio o de trabajo, y aprovecho para volverlos también de placer, de visitar a mis amigos, de recorrer regiones que he visto muchas veces y que me gusta volver a ver, de observar los cambios que suceden en esos lugares. En este momento estoy escribiendo un libro que colecciona muchos años de recuerdos de viajes, que la mayor parte de ellos los he publicado en revistas y periódicos. Estoy haciendo una especie de trabajo sobre todo lo que he visto en el mundo, todo lo que he escrito en un periodo muy largo de años y en geografías muy diversas. Los textos de India formaban parte de ese viaje, pero decidí separarlos porque eran algo que me había impresionado de una manera muy particular: decidí dedicarles un libro completo que se llama Coronada de moscas”.

El libro está acompañado por fotografías de Alina López Cámara, que cumplen un papel crucial a la hora de hablarnos del país suroriental con un lenguaje distinto al que emplea la escritora, aunque complementándose. También nos platica Glantz en su libro que en varias ocasiones le llegaron a preguntar por qué se asombraba de la India si guardaba mucha similitud con México: “India se podría parecer a México por la pobreza, por la cantidad de gente que deambula por las calles, pero es completamente diferente de México.

En primer lugar, hay como mil millones más de personas. Por otro lado la religión hindú. Hay otras religiones importantes, quizá no tan abundantes en presencia como la hindú pero están ahí, como la musulmana. Esa impronta es lo que hace a India algo muy distinto a México: en sus monumentos, en sus paisajes, en su vestimenta, en su comida”.

MasCultura 13-mar-17