Por momentos nuestra capacidad imaginativa está limitada por la experiencia de nuestros mundos, y establecemos contacto con lo que es afín a nuestros intereses. Las estructuras sociales generaron formas de supervivencia y diversos testimonios que nos hacen ser parte de cambios interesados en innovar o democratizar por medio del arte.
El punk en México, por ejemplo, tiene su propio origen y tuvo una emersión estratégica en la subcultura, y cuya consecuencia fue el nacimiento de rituales de vanguardia musical de grupos que se definían como punk: Dangerous Rhythm, Size, Hospital X, Rebel’d Punk, Pijamas A Go-Go, Plastic Cox, Lujuria, The Casuals o Los Watts. Estas bandas crearon una primera comunión entre la gente joven, con una enorme fuerza experimental que abarcó el periodo de 1978 a 1982. Luego, estas agrupaciones abrieron una fisura para la nueva ola musical.
Dangerous Rhythm, por su lado, se conformó en 1978 en la Ciudad de México, por iniciativa de Porfirio“Piro- maniac”Pendas en la voz, Marcelo Aramburu, en guitarra, Rip Sick en la batería, y Johnny Danger en el bajo. Encarnaban la ideología y el sonido que había surgido en Inglaterra y Nueva York, asumiendo una actitud de protesta; por todo lo anterior, junto con el ardor que se desprendía de sus actos en vivo, Dangerous Rhythm se consolidó como una banda trascendente y de culto.
“Me acuerdo cuando llegamos al hoyo fonqui en Tlatelolco, los chavos todavía tenían el pelo largo y usaban pantalones de campana. En los primeros meses de 1979 vi cómo se empezaban a usar los pantalones de tubo, los sacos de solapa delgada, las botas militares, a cortarse el pelo y a echarse gel, a pararse los pelos: inició toda esa evolución; a nosotros nos paraba mucho la policía de la época, la División de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia, dipd, probablemente una de las policías más anticonstitucionales que existieron en México, creada por el Negro Durazo y Sahagún Baca.
Era una policía horrible, eran muy represivos. Imagina a nuestro bajista, Johnny, con el cabello color zanahoria, yo con los pelos parados, usando pantalones de tubo y chamarra de cuero, con toda la influencia del punk inglés y neoyorquino. Constantemente nos estaban chingando de perdida dos o tres veces al mes, era bien jodido estar viviendo en el DF en esa época. Ya con los años las cosas fueron cambiando.
Fuimos de las primeras bandas en ponernos tatuajes, era todo un rollo estar tatuado, porque probablemente la gente pensaba que tenías antecedentes penales o habías estado preso: una mentalidad totalmente retrógrada. Estuvimos muy en contacto con Los Ángeles, de hecho fuimos la primera banda de rock mexicano, creo que después de Los Rebeldes del Rock, que tocó en el Whisky a Go Go y que tocó en todo el circuito de clubs de Hollywood; ahí fue donde compartimos con Black Flag y conocimos a Henry Rollins, nos hicimos muy amigos de Tito Larriva que formó a Los Plugz, Los Cruzados y después Tito & Tarántula. Él es de Ciudad Juárez, siempre hubo similitud con nosotros como banda mexicana y nos presentó a mucha gente, como a la banda X“.
Piro, con gafas impenetrables, continúa la conversación: “Llegamos a conocer al guitarrista de los Germs, Pat Smear, que después fue guitarrista de Foo Fighters. Compartimos mucho con todo ese movimiento underground de Los Ángeles, porque si nos quedábamos en el DF nos empezábamos a secar, entonces tratábamos de ir una vez al año a conciertos y a platicar con los punks. Nos llenábamos de energía y traíamos toda esa locura a la ciudad.
La primera banda punk que yo vi en mi vida fue The Screamers. Incluso antes de formar Dangerous Rhythm en el verano de 1978, esa Semana Santa tuve la oportunidad de ver a Ian Dury, abriendo una presentación de Lou Reed, con Sex and Drugs and Rock and Roll, y pensé: ‘qué pedo con ese güey’, ese tipo sí me impresionó. Él iba más allá del punk: tenía matices de jazz, incluso de disco, era una onda original; Ian Dury no sonaba a nadie más. Ese mismo verano vi a los Avengers y a X, en San Francisco cuando iniciaban, había treinta o cuarenta personas y después se volvió una gran banda; los produjo Ray Manzarek, de The Doors; luego vi a The Screamers, que tenían tres fechas seguidas. Tomata du Plenty, el vocalista, tenía el pelo cortito como de siete centímetros y parecía que le habían metido un cable eléctrico por atrás por sus pelos parados, era impresionante: tenían dos teclados y una batería, era una música bizarra, sencilla, con acordes mayores muy constantes, ritmos de batería muy primitivos que te ponían a bailar”
Son recuerdos y experiencias que Piro, el fundador y vocalista, va desmenuzando y declara con entusiasmo: “El 6 de agosto de 1978 fue el primer ensayo del Dangerous Rhythm. Empecé a tocar el bajo, la guitarra y la flauta transversal a los catorce años, pero soy un desastre, he sido muy anárquico, aunque eso no me limitó para estudiar armonía. Cuando terminé el bachillerato no sabía qué hacer, y el punk me dio una identidad.
Yo tenía veinte años y todo el punk era más sencillo, todo era de mucha actitud de protesta y estaba en manos de chavos de veinte a veintitrés años: John Lydon y los Sex Pistols o The Clash eran dos o tres años más grandes que yo; los Ramones también eran más grandes que nosotros. Yo me identifiqué rápidamente con Dangerous Rhythm y cambió nuestra vida, lo tomamos muy en serio, lo único que hacíamos era ensayar y tocar, para lograr grabar un disco e iniciar a crear cierta fama, para vivir de esto. La primera tocada de Dangerous Rhythm fue después de Xavier Bátiz, en Tlatelolco: fue memorable”.
Piro mantiene fija su mirada en las palabras y fotografías de la revista que le mostré, misma en la que aparece Dangerous Rhythm, y habla con nostalgia: “La revista “Sonido”, dirigida por Walter Schmidt, de Size, era muy importante. “Sonido” era una publicación de culto en aquella época, con todo y que éramos rivales. Siempre hemos sido muy amigos y nos apoyamos mucho; lástima la muerte de Illy Bleeding, pero todos nos vamos a ir un día”.
Cuando surgen en medio de la charla los nombres de las primeras dos canciones de Dangerous Rhythm, Piro agarra el disco con fuerza y con alegría menciona: “‘The Bar’ y ‘No No No’, es un EP que hicimos de cinco mil copias para regalarlo en los hoyos fonqui. Ese material nunca se vendió, fueron las dos primeras rolas que compusimos en nuestra turbulenta historia; el lado b del EP era “Stray Cat Blues”, de Rolling Stones, en versión punk y fue producido por Rogerio Azcárraga, quien también produjo el de Size. Le dimos las gracias también a Gary Hirstius, productor de los Circle Jerks. Ese primer sencillo fue reeditado por medio de mi amigo Manuel Álvarez, fue originalmente un vinil rojo, la versión en cd (Orfeon, 2007) tiene seis canciones”.
Entre la charla tomamos un poco de tiempo para ver los discos y beber un poco de agua para recordar los hoyos fonquis cuyos nombres Piro recuerda con precisión: “El Salón Brasil, El Salón Revolución, El Salón Veracruz o el gimnasio de la nueva Atzacoalco, eran los únicos lugares que había a finales de los años setenta, donde los chavos podían ir a escuchar rock: o le entrabas o le entrabas, no te quedaba otra. Tocábamos mucho con El Tri, Bandera Atómica, Nuevo México, Paco Gruexxoy la Tlatelolco Rock Symphony, Árbol, La Caja de Pandora, éramos muchas bandas en aquella época. Después, como el punk era una moda, las discotecas comenzaron a abrirle las puertas al punk y empezamos a tocar en el Magic Circus o en el Vogue: se abrieron las puertas para todo el rock, lo que ahora se vive en los festivales era como un sueño poderlo tener en aquella época”.
Cuando la plática se acerca a su fin hacemos una sesión de fotos. La conversación, mientras tanto, se filtra por entre los resquicios de un lugar que resultaría emblemático y que se caracterizó por la interacción e ideología que en él confluía: “Hip 70 produjo un único y primer disco: el Dangerous Rhythm. En el Hip 70 iba gente de clase media y alta, y lo comparaban con el CBGB o el Whisky a Go Go, en su momento, nada más que muchos años después. El CBGB ya estaba funcionando con los Ramones en 1976, y luego Television, Jony Thunders, Blondie; había todo un movimiento que aquí [en México] demoró y se estaba gestando en Hip 70 con The Casuals, Los Watts, Size y Dangerous Rhythm”.
Se percibe nostalgia en la recta final: Piro, con datos precisos, nos aclara algunas cosas. No obstante, siempre quedará mucho qué decir: “La última vez que tocó Dangerous Rhythm fue en nuestro aniversario como Ritmo Peligroso. Actualmente se está creando un documental sobre Dangerous Rhythm con entrevistas, anécdotas y archivo inédito, bajo la producción de Pilar Ortega y Cía. Podemos hacer otras cosas, pero es imposible dejar la música: tomen tequila y mezcal, y aprendan a alucinar”.