Abrir los ojos a la ciencia ficción: una conversación con Elia Barceló
Dicen los que saben que Elia Barceló es una de las autoras más importantes de ciencia ficción en nuestra lengua. Su obra es amplia y recorre muchos otros caminos. Hace pocas semanas, el Fondo de Cultura Económica publicó en México una de sus primeras novelas: El mundo de Yarek, ganadora del Premio Internacional upc 1993, que otorga la Universidad Politécnica de Cataluña. Conversar sobre este lanzamiento era indispensable y aquí va una muestra de lo que platicamos:
Estarás de acuerdo conmigo en que El mundo de Yarek ya es una novela adulta, una obra hecha y derecha; sin embargo, tengo que preguntarte algo casi personal… ¿Qué sientes al ver su lanzamiento en México?
Esto es algo que me llena de ilusión. El mundo de Yarek es una novela que escribí hace muchísimo tiempo, y a todos los autores nos encanta que nuestras historias se mantengan y hallen nuevos lectores. Este hecho cumple uno de mis sueños. Siento mucha curiosidad sobre cómo los jóvenes de hoy la van leer.
¿Volviste a leerla?, ¿la corregiste o la editaste para esta nueva edición?
Claro que volví a leerla y descubrí que todavía estoy completamente de acuerdo con lo que dije en aquellos años. Sin embargo, no le hice grandes cambios: sólo señalé algunas erratas que tenía la primera edición. Yo estoy convencida de que si tú escribiste una novela a los 30 años, reescribirla a los 60 no es correcto. Yo siempre quiero dejar el texto como estaba, que refleje quién era en el momento en que lo escribí. Esto les da a los lectores la oportunidad de ver cómo has cambiado con el paso del tiempo: ellos descubren quién eras y quién eres, en qué sigues creyendo y en qué dejaste de creer.
Cuando te vuelves a leer y te encuentras con la persona que fuiste, ¿cómo la ves?
La veo con mucho cariño. Cuando estoy leyendo una obra mía que se publicó hace años, no sólo estoy leyendo el texto y redescubriendo su historia, también estoy leyendo el contexto que los lectores no conocen. Siempre me descubro recordando cómo era yo, cómo eran mis hijos y, en el caso de El mundo de Yarek, también viene a mi memoria el apoyo de mi madre, que me permitió escribir la novela. Por supuesto que esta lectura resulta muy diferente de la que hace un lector que no me conoce. Por esta razón tuve la idea de poner al final del libro unas cuantas páginas en las que contextualizo la novela.
El mundo de Yarek nos cuenta la historia de un científico de altísimos vuelos que, después de cometer una tropelía en contra de una especie alienígena, es juzgado y desterrado a un planeta terrible. En esa soledad, apenas rota por su computadora, él experimenta una serie de sentimientos: el horror y el miedo, la frustración y el mesianismo, la justificación de su inocencia y la aceptación de la culpa.
Ésa es una de las cosas más bonitas de El mundo de Yarek: trabajar con un solo personaje en un planeta desierto sin darle espacio al aburrimiento. Por este motivo, la idea que anima a la novela es recorrer todos los sentimientos y los estados de ánimo que Yarek experimenta durante su condena. Él sabe que tendrá que pasar veinte años en ese planeta y que existe la posibilidad de que no pueda volver jamás, pues la muerte terminará por alcanzarlo en ese lugar. Incluso, quizá como lo haríamos nosotros en una situación parecida, se llega a plantear el suicidio.
¿Explorabas una nueva manera de escribir ciencia ficción?
Hay muchas maneras de escribir ciencia ficción. En algunas ocasiones, ésta busca descubrir cómo nos afectará un nuevo invento, un contacto alienígena o algo así; yo creo que la ciencia ficción es literatura y, justo por eso, tiene como centro al ser humano. Por esta razón, lo importante en sus páginas es cómo reaccionamos los humanos frente a los desafíos, las sorpresas y los horrores. Al mismo tiempo, esto nos permite adentrarnos en todo lo que está dentro de la mente y en aquello que nos hace ser lo que somos. La ciencia ficción abre los ojos y abre caminos, formula preguntas y te pone enfrente de aquello que no se te había ocurrido.
¿Hay optimismo o pesimismo en El mundo de Yarek? ¿No es una novela sobre los crímenes que se han cometido en contra de los otros?
En mi vida cotidiana soy una persona alegre; no me cuesta ningún trabajo estar contenta y cantar, pero, cuando empiezo a plantearme lo que pueden hacer los seres humanos con aquel que no consideran su igual, lo veo todo muy negro. Tengo la sensación de que la humanidad tiene un infinito potencial de destrucción y que, si llegáramos a encontrarnos con un especie extraterrestre, muy probablemente intentaríamos aniquilarla.+