Como un regalo de despedida

Ciertos sucesos adquieren la categoría de extraordinarios cuando fracturan la vida, no sólo de los afectados directos, sino de la población en la que ocurren, tal es el caso de un terremoto o tsunami… o la desaparición misteriosa de la chica más bella, procaz y seductora de un suburbio californiano, como es el caso de la protagonista de esta novela de la serie del Alfabeto del Crimen que se titula “S de Silencio”. Hechos como éstos parecen no encontrar reposo ni con el paso de los años, el olvido se vuelve una dolorosa ilusión y nace la necesidad de desentrañar un enigma que se ha convertido en leyenda, como en la historia que nos narra Sue Grafton sobre la desaparición de Violet Sullivan ocurrida 34 años atrás, cuando a bordo de un lujoso automóvil último modelo comprado por su violento y paupérrimo esposo, se esfuma sin dejar rastro. ¿Pero a quién le importa encontrar la explicación de un evento tan remoto? A nadie y a todos, según lo demostrará la detective privada Kinsey Millhone a lo largo de una investigación que deberá resolverse en tan sólo cinco días. A lo largo de este lapso, no sólo a los involucrados, sino incluso el lector (que sin duda se sentirá igualmente atraído por la singular personaje), especulará página a página sobre su paradero.

Grafton ha sabido tejer una intriga en la que caben todas las posibilidades, porque su desaparición, más que afectar, conviene —ya fuera por “celos, odio, codicia o venganza” (309)— a cada uno de los personajes que tuvieron trato con ella y “cualquiera con algo que esconder podía mentir, crear confusión o señalar a otro con el dedo” (307).

Tanto la peculiar y precisa pluma de la escritora norteamericana, así como la reaparición de su ya conocida detective Kinsey Millhone, que con la agudeza similar al de C. August Dupin de Edgar Allan Poe “el coche se contoneaba. Pese a mis limitados conocimientos en cuestiones mecánica, supe que eso no era buena señal” (205), o un desenfado como el de Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle “no es por presumir, pero a mí se me da muy bien mentir” (337), nos llevan a navegar este mar de misterios en varios niveles: en primer lugar, la historia es contada desde dos perspectivas distintas, una con un narrador omnisciente desde el año 1953, durante los cuatro últimos días en que fue vista Violet Sullivan; y otra, desde la clásica primera persona de las novelas detectivescas, treinta y cuatro años después, durante la investigación. Por otro lado, tanto las acciones de la chica como las declaraciones de los involucrados podrían sugerir una resolución más espantosa o quizá más banal: “con su insolencia y su atrevimiento, lo había puesto al rojo vivo, despertando un deseo tan devorador que apenas podía respirar. Pensó que tal vez eso fuese lo que se entendía por vender el alma al diablo, porque en ese momento supo que estaba dispuesto a pudrirse en el infierno por ella” (116).

“S de silencio” tiene todos los atractivos de la novela negra, pero con un extra: el que la investigación sea llevada por una experimentada mujer de mediana edad, le da una dimensión distinta, más humana y más anclada en la realidad, “me daba cuenta de que empezaba a tomar mi edad como referencia a la hora de situar los acontecimientos en el pasado” (26); “En rigor estaba preparada, pero en lugar de tranquilizarme me moría de miedo” (338); aunque manteniendo el cinismo clásico de los investigadores privados “¿qué más daba? Hay errores peores en la vida y yo los he cometido casi todos” (241), y la temeridad para enfrentar los peligros y aventuras ajenas que les obliga a vivir su oficio.

Sue Grafton, "S de silencio", Trad. Carlos Milla Soler, Barcelona, Tusquest editores, 2007, 411 pp.

Por: Alfredo Barrios, @alfredobarriosh

Mascultura 19-Nov-14