Una lucha contra “Los cansados” de Michele Serra
“Aproximadamente a mediados de este siglo, según todas las previsiones, la clase dominante, en Occidente, serán los viejos.” En “Los cansados”, el escritor italiano, Michele Serra, narra las reflexiones de un hombre preocupado por la conducta de su hijo tan distinta y ajena a él, así como por la inminente pérdida de un vínculo entre ambos. Se trata de la historia de un padre, como muchos, que encuentra en su hijo no sólo el choque generacional y las diferencias que se presentan, sino que además entiende que está experimentando algo a lo que ninguna otra generación se había enfrentado, jóvenes marcados por el uso, e incluso abuso, de las tecnologías.
Ya en 1969 Adolfo Bioy Casares detallaba en su novela “Diario de la guerra del cerdo” una guerra violenta entre los viejos y jóvenes, en la que los primeros eran víctimas de las jugarretas de los segundos, quienes les impedían seguir su vida normal. Serra, en cambio, no acude a este tipo de violencia, sino a la melancolía, la tristeza y la confusión que siente el protagonista al saberse distante de su hijo. Una novela le sirve así como pretexto para encontrar, quizás, el único remedio para lidiar con dicha situación, el humor: “Lo repito y lo recalco: más de la mitad de la población. Miles de millones de dentaduras postizas marcarán el compás del tiempo restante, miles de millones de pañales absorberán las últimas aguas de cuerpos desecados. Una humanidad exhausta y vallada intentará prolongar más allá de todo límite lógico su propio poder.”
Esta historia emotiva genera empatía por esos padres que hacen todo lo que está en sus manos por reconectarse con sus hijos en un nivel más profundo, sobre todo, cuando se han dado cuenta de que no son más esos niños a los que protegían, sino que cada día se parecen más a ellos, adultos, envueltos en una nueva dinámica social que los aleja: “Pienso en lo fácil que ha sido quererte de niño. En lo difícil que es seguir haciéndolo ahora que nuestras estaturas se han emparejado, tu voz se asemeja a la mía y reclama por tanto el mismo tono y volumen, las dimensiones de los cuerpos son las mismas.”
Amar a un hijo, dice el protagonista, no tiene mayores complicaciones cuando se trata de un niño, se trata de un amor natural, el problema es seguir amando de esa manera instintiva a alguien con quien ya no tienes una conexión, con quien no compartes un ideal, un pasatiempo, es ahí cuando se requiere la verdadera fortaleza de ser padre, la paciencia, la generosidad. Es en este sentido donde Serra logra unir, especialmente, esa reflexión siempre melancólica con un gesto de humor: “Es años más tarde, cuando tu hijo (el ángel inepto que te hacía sentir como un dios porque lo alimentabas y lo protegías; y a ti te gustaba creerte poderoso y bueno) se transforma en un semejante tuyo, en un hombre, en una mujer, en definitiva, en alguien como tú, cuando quererlo exige las virtudes que cuentan.”
“Los cansados”, como su título lo menciona, no son los viejos, no son los padres, por el contrario, son estos los que luchan inagotablemente por crear vínculos con los jóvenes cansados, desinteresados de la vida.
"Los cansados", Michele Serra. México, Alfaguara, 2014, 146 pp.
Por Perla Holguín Pérez
Mascultura 08-Oct-14