La FIL reúne a los amigos de Paz, García Márquez y Pacheco para hacerles un homenaje
Escritores, pero sobre todo amigos, recordaron ayer a dos grandes de la literatura, Octavio Paz y Gabriel García Márquez, con anécdotas y experiencias vividas con estos autores que la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) tendrá muy presentes en esta edición.
Para hablar del recientemente fallecido Gabriel García Márquez se reunió un grupo de personas que convivieron con él, como su amiga la escritora mexicana Ángeles Mastretta, quien recordó una cena entre amigos en Cartagena, en su Colombia natal.
Sin saber decir "no" a ninguno de sus seguidores que entraban en el restaurante a pedirle una fotografía o un autógrafo al colombiano, "Don premio" acabó recibiéndolos hasta altas horas de la madrugada. "Mercedes (Barcha, su esposa) llamaba a esto 'el santísimo está expuesto'", contó.
"Ver a García Márquez andar el mundo con sus ojos en vilo y sus palabras en el aire fue siempre un privilegio, tanto como leerlo, poro eso digo yo que quienes nos sentimos privilegiados amigos de Gabo somos tan privilegiados como todos ustedes y todos sus lectores", apuntó la escritora de obras como "Arráncame la vida".
Porque leer a Gabo, agregó, "era volverse su amigo" y "por eso la gente se acercaba a él como si lo conociera desde siempre, porque no hablaba desde lejos, estaba cerca con sus palabras y sus historias y uno lo sentía suyo".
Para la actual directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Cristina García Cepeda, uno de los aprendizajes "más emotivos" que García Márquez le dio en varios años de amistad fue "tomar conciencia de que el cultivo y el cuidado de una amistad puede ser también el origen de la capacidad de sentir que nos une con nuestros semejantes".
"Era amigo de la humanidad, de la cultura, del arte, de su tierra maravillosa. Esa capacidad de fraternizar nacía de su pasión por la vida" y también por la música, contó García Cepeda, quien recordó una noche de concierto viendo a Joaquín Sabina en el Auditorio Nacional o una "parranda ballenata" en Cartagena.
Sobre su pasión por el cine habló el escritor y guionista cubano Senel Paz, quien participó con él en varios talleres en la escuela de cine de San Antonio de los Baños en Cuba.
Y sobre su gran amor, el periodismo, charló el director general y cofundador de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), quien dijo que Gabo "no quería ser recordado" por obras como "Cien años de soledad", sino por su labor periodística.
El colombiano, fallecido en abril de este año en México, en donde pasó gran parte de su vida, es una de las figuras que será homenajeada en esta XXVIII edición de la feria que arrancó esta mañana en la ciudad mexicana de Guadalajara.
En otro evento y como parte del centenario de su nacimiento, fue homenajeado Octavio Paz por uno de sus amigos, el también escritor Fernando del Paso, quien calificó al Nobel de Literatura como "una de las voces más honestas de la literatura mexicana".
Es "la voz más clara, nítida, equivocada a veces, tal vez, pero honesta y valiente de uno de los intelectuales mas lúcidos del siglo XX", afirmó en un texto leído por el poeta Ángel Ortuño, ante la imposibilidad de Del Paso para hablar claramente tras los infartos que sufrió hace unos meses.
La de hoy es la primera de tres charlas programadas en la FIL en torno a Paz, en las que escritores e intelectuales explorarán las distintas dimensiones en las que el mexicano se desarrolló como escritor, editor, traductor y diplomático.
Del Paso consideró que el poeta, primer y único mexicano en recibir el Premio Nobel de Literatura en 1990, denunció el tipo de desigualdades sociales que, incluso ahora, "siguen siendo escandalosas".
Con este homenaje el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) mexicano concluye las actividades académicas y literarias que el Gobierno ha llevado a cabo este año en América Latina, Europa y Asia para conmemorar el centenario de nacimiento del poeta.
Amigos, familiares y críticos recordaron también hoy al poeta y novelista mexicano José Emilio Pacheco (1939-2014) en un conmovedor homenaje.
El crítico Rafael Olea Franco y el escritor Álvaro Uribe coincidieron en que la obra y la vida de Pacheco, fallecido en enero de este año, tuvo siempre un "profundo sentido ético".
Pacheco no sólo tuvo una estética, sino que "tuvo además una ética de la palabra, no tanto una teoría como unos principios, una práctica constante del deber del escritor", dijo Uribe, amigo del poeta por tres décadas.
El también ensayista, traductor y cuentista mexicano es considerado uno de los autores más importantes de la literatura mexicana del siglo XX por su vasta obra y su análisis y compromiso con los problemas sociales en México.
Además de la popularidad entre los lectores jóvenes, su obra le valió múltiples premios entre los que destacan el Fernando Benítez de Periodismo Cultural en 1995, el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2009 y el Cervantes en 2009.
A lo largo de dos horas del homenaje no faltaron las anécdotas que revelaron el humor y la ironía que caracterizaron la obra del autor de "Morirás lejos" (1967) y "No me preguntes cómo pasa el tiempo" (1969).
Sentada entre el público, su viuda, la escritora y periodista mexicana Cristina Pacheco, no pudo contener las lágrimas al escuchar las palabras dedicadas al poeta y las muestras de cariño del público.
Olea afirmó que la ironía no fue únicamente una característica personal sino uno de los elementos que atravesó la obra de José Emilio, como lo llamaban familiarmente por igual amigos y lectores.
"Es una literatura con tendencias satíricas" influenciada en gran medida por la impresión que le causó la Revolución Cubana, "una sacudida" para su generación que también incidió en su preocupación por el otro, explicó.
Dijo que "Las batallas en el desierto" (1981) y "Aura" (1962), ésta de Carlos Fuentes, son las dos novelas breves mexicanas del siglo XX que alcanzaron el título de best sellers.
El poeta mexicano Vicente Quirarte, en un texto leído por Laura Emilia Pacheco, hija de José Emilio, recordó que el homenajeado, quien se desempeñó como periodista y cronista de la Ciudad de México, fue un "maestro en todos los géneros literarios".
Su poesía, agregó, se explica "por ese periodismo único, ágil y certero que da fe del instante que se va y no vuelve si no lo registramos por escrito".
Además de la conmemoración a Pacheco, Gabriel García Márquez y Octavio Paz este año el literario más importante de América Latina está lleno de homenajes a escritores como el argentino Juan Gelman, así como los mexicanos, Efraín Huerta y José Revueltas, a 100 años de su nacimiento.
Guadalajara (México), 30 nov (EFE)