Con el perro, a cinco asaltos

Primer asalto: Hardboiled
Pienso en James Ellroy (1948) y pienso en un maestro en el arte de urdir tramas policiacas, pero, sobre todo, en el autor que llevó el hardboiled hasta sus últimas consecuencias. Hablo de esa prosa construida a base de oraciones cortas. Casi telegráficas. De tres palabras. De dos. Algunas veces sin adverbio, otras sin artículo. Una prosa que alcanzó su cenit con su novela White Jazz (1992).

El policía corrupto Dave Klein es el héroe de Jazz blanco. Klein pagó los estudios universitarios que lo llevaron a teniente arrojando personas por ventanas a nueve pisos de altura.

Declaración a la fiscalía: Le vi leer, dormirse y despertar. Johnson proclamó que podía volar y saltó por la ventana sin darme tiempo a expresar mi incredulidad.
     White Jazz

Por su virtuoso uso de la fuerza bruta, Klein podría ser el hermano —aún más— perverso del oficial Bud White, héroe de la novela anterior, L.A. Confidential (1990). En lugar de trabajar de músculo para el capitán Duddley Smith, Klein lo hace para la mafia, y en lugar de enamorarse de una prostituta con pinta de Verónica Lake, lo hace de Glenda Bledsoe, protagonista, junto a Rock Rockwell, de la película El ataque de los vampiros comunistas. —El virus vampiro ha atrofiado tu crecimiento moral —dice Rock, metido en personaje. —En tiempos de lucha histórica, las reglas de la burguesía no aplican —responde la vampira Glenda.
     White Jazz

Segundo asalto: Realismo
Por más “histórico” que "el Perro Infernal" —como también se le conoce— se ha puesto en los últimos años, sigue siendo un autor de novela negra. Si lo que buscas es sensacionalismo al más puro estilo noir, estás en el lugar indicado. Si lo tuyo es el naturalismo de lo más realista, busca por otro lado. En la literatura de Ellroy no lo encontrarás.

De hecho, son sus personajes “históricos” los menos reales. Recuerdo un pasaje en L.A. Confidential donde Johnny Stompanato le dice al oficial Bud White: “A mí me la pone dura Lana Turner”, lo cual suena tan natural como Richard Burton diciéndole a Montgomery Clift: “sabes, Monty, vengo de cogerme a tu gran amiga Elizabeth Taylor”.

Y qué decir de los nombres que elige para sus personajes mexicanos: “Tomás Dos Santos”, en The Black Dahlia; “Dinardo Sánchez”, en L.A. Confidential; “Jesús Chasco” y “Reuben Ruiz”, en White Jazz. El más creíble suena portugués.

Por Hilario Peña

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