La sociedad contemporánea y sus temores

“Por todas partes se podía apreciar un auge de alertas globales. Cada día había nuevas alertas globales  acerca de virus asesinos, ondas asesinas, drogas asesinas, icebergs asesinos, carne asesina, vacunas asesinas, asesinos asesinos y otras posibilidades causas de muerte inminente, al principio, aquellas alertas globales generaban alarma, pero, con el paso del tiempo, la gente empezó a disfrutar con ellas”.  Graig Brown.

Miedo líquido

Zygmunt Bauman se interesa y se enfoca en la estratificación social y en el movimiento obrero, antes de interesarse en temas globales como la naturaleza de la modernidad. El período más fecundo de su carrera comenzó después de abandonar la enseñanza en Leeds, cuando se desarrolló su importancia más allá de los círculos de sociólogos profesionales con un libro que publicó acerca de la conexión entre la ideología de la modernidad y el Holocausto.
Más temible resulta la omnipresencia de los miedos; pueden filtrarse por cualquier recoveco o rendija de nuestros hogares y de nuestro planeta. Pueden manar de la oscuridad de las calles o de los destellos de las pantallas de televisión de nuestros dormitorios y de nuestras cocinas de nuestros lugares de trabajo y del vago de metro en el que nos desplazamos hasta ellos o en el que regresamos a nuestros hogares.

El Miedo y el Mal

“Hasta ahora se creía que la modernidad iba a ser aquel período de la historia humana en el que, por fin, quedarían atrás los temores que atenazaban la vida social del pasado y los seres humanos podríamos controlar nuestras vidas y dominar las imprevisibles fuerzas de los mundos social y natural. Y, en cambio, en los albores del siglo XXI volvemos a vivir una época de miedo. Tanto si nos referimos al miedo a las catástrofes naturales y medioambientales, o al miedo a los atentados terroristas indiscriminados, en la actualidad experimentamos una ansiedad constante por los peligros que pueden azotarnos sin previo aviso y en cualquier momento. -miedo- es el término que empleamos para describir la incertidumbre que caracteriza nuestra era moderna líquida, nuestra ignorancia sobre la amenaza concreta que se cierne sobre nosotros y nuestra incapacidad para determinar qué podemos hacer (y qué no) para contrarrestarla. En esta nueva obra, Zygmunt Bauman -uno de los pensadores sociales más influyentes de nuestra época- nos presenta un inventario exhaustivo de los temores de la modernidad líquida y nos explica cómo podemos desactivarlos o hacer que se vuelvan inofensivos”.

La sociedad contemporánea y sus temores.

Zygmunt Bauman Sobre el origen, la dinámica y los usos del miedo Sentimos un alivio y una súbita irrupción de energía cuando tras un largo período de días de aprensión y de noches sin dormir, conseguimos enfrentarnos finalmente al peligro real. Por fin llegamos a saber qué se escondía detrás de aquella sensación indefinida de fenómeno terrible. En el momento en que sabemos de dónde procede esa amenaza, sabemos también qué podemos hacer o por lo menos, adquirimos conciencia de lo limitada de nuestra capacidad para salir intacta de su ataque. El miedo es más temible cuando es difuso, disperso, poco claro. Cuando la amenaza que deberíamos temer puede ser entrevista en todas partes, pero resulta imposible de ver en ningún lugar concreto. Miedo es lo que llamamos a nuestra incertidumbre, a nuestra ignorancia con respecto a la amenaza y a lo que hay que hacer para detenerla o combatirla. La vida en Europa del s.XVI se resume en las palabras de Febvre

“miedo siempre, miedo en todas partes”

“Vinculando esa omnipresencia del temor a la oscuridad. En ella, todo puede suceder, pero no hay modo de saber qué pasará. Ésta no es la causa del peligro, pero sí el hábitat natural de la incertidumbre, y por tanto, del miedo. La modernidad debía ser el gran salto hacia adelante: el que nos alejaría del miedo. Pero esto es un largo rodeo. Los nuestros siguen siendo tiempos de miedos. El miedo es un sentimiento que conocen todos los seres vivos, los animales como los humanos, frente a éste, oscilan entre la huida y la agresión. Pero los humanos conocen una especie de temor de segundo grado”.

Miedo derivativo

Que orienta su conducta. Éste es el sedimento de una experiencia pasada de confrontación directa con la amenaza. Es el sentimiento de ser susceptible al peligro, una sensación de inseguridad y vulnerabilidad. Una persona que haya interiorizado tal visión del mundo, recurrirá rutinariamente a respuestas propias de un encuentro con el peligro, el miedo derivativo adquiere así capacidad propulsora. Que el mundo exterior es un lugar peligroso que conviene evitar, es un comentario entre personas que rara vez salen por la noche. Esto porque han perdido la capacidad de afrontar la presencia de una amenaza, o porque imaginan afectados por el miedo. Los peligros que se temen pueden ser los que amenazan el cuerpo y las propiedades de la persona, los que amenazan la duración y fiabilidad del orden social del que depende la seguridad de la supervivencia, y los que amenazan el lugar de la persona en el mundo, la exclusión social. El miedo derivativo es disociado en la conciencia de quienes lo padecen de los peligros que lo causan. Las reacciones pueden ser entonces separadas de los peligros responsables de la inseguridad.

Zygmunt Bauman. Miedo líquido, Paidós.

MasCultura  30-ene-2017

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