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14 BAJO CERO. Crónicas desde el Festival de cine de Berlín

Alejarse del frio. El museo del cine alemán.

A diferencia de lo que a primera vista pudiera parecer, el crudo clima de Berlín favorece al evento y le da un toque especial al festival.

Además del refugio habitual que significan por obvias razones las salas de cine, son también famosos los emblemáticos cafés Einstein y Balzac -una leyenda urbana berlinesa sostiene que los creadores de Starbucks se inspiraron en el primero para desarrollar su concepto y el diseño de sus tiendas- , las chocolaterías y los lugares que venden el delicioso Glühwein -vino caliente-.

Otro lugar imperdible y muy recomendable para guarecerse del frio, después de tomar una bebida calientita, es el museo del cine que, sin hablar específicamente en sus salas de la Berlinale, complementa de un modo único la experiencia del certamen.

Situado en una de las entradas del imponente Sony center el museo es una buena muestra de lo que la conservación, investigación histórica y divulgación pueden hacer por el orgullo de una industria cultural exitosa.

En un recorrido aleccionador, el visitante es testigo de la relevancia de Alemania en el desarrollo del séptimo arte desde muy diversas perspectivas. Así, lo mismo pueden apreciarse los esfuerzos de los pioneros del cine alemán llevando por primera vez movimientos de rompimiento artístico -como el expresionismo- a las películas, o las contribuciones técnicas y tecnológicas relacionadas con la movilidad y perfeccionamiento de las cámaras.

Capítulo aparte, destacan gracias a las salas dedicadas a su obra, las grandes figuras del cine teutón como Leni Reifensthal, Ernest Lubistch, Robert Weine y Fritz Lang a quienes el visitante conoce a través de maquetas, vestuarios, decorados o pietajes inéditos.

Pero si ellos son importantes, sin duda la gran estrella del museo es Marlene Dietrich en torno a la cual gira el corazón de un espacio imperdible para quienes visitan la capital alemana. De su correspondencia personal a sus vestuarios originales, los documentos y museografía ilustran perfectamente lo que significaba, en toda la extensión de la palabra, el concepto de diva.

En tiempos pre electorales en México, y entendiendo que los financiamientos públicos se dirigen en estos momentos hacia muchos fines antes que la cultura, viene a mi mente el proyecto del Museo del cine mexicano que han trabajado desde hace años Hugo Lara, Elisa Lozano y otros investigadores más.

Qué ganas de ver una sala dedicada a Andrea Palma, Dolores del Rio o María Felix. Tiempo al tiempo.

Un abrazo desde los últimos minutos de la 62 edición de la Berlinale.
@elmoremoreno conductor de El cine y…de Ibero 90.9 fm.

Imagen: La cúpula del Sony center.
Mascultura 20-Feb-12