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Claudia Novaro y Armando Fonseca: una historia de papel a dos voces

Claudia Novaro y Armando Fonseca: una historia de papel a dos voces

Yara Vidal

De papel, el libro de Claudia Novaro y Armando Fonseca, se revela como una obra donde las palabras y la ilustración se entretejen para narrar la historia melancólica que fue finalista en el Premio Internacional Compostela de Álbum Ilustrado. Además, De papel pone sobre la mesa un asunto crucial: en sus páginas, la literatura infantil y las imágenes también tienen como destinatarios a las personas que se alejaron de sus primeros años y son capaces de rendirse ante la belleza y la anécdota que las obligan a repensarse como humanos. ¿Quiénes son Claudia y Armando? ¿Cómo fue el proceso de creación de este libro? Y, por supuesto, ¿de qué manera lograron entrelazarse?

 

  1. Señas de identidad

Novaro: Durante los últimos 12 o 15 años he estado escribiendo, aunque mi vida como lectora es más lejana. En mi casa nunca faltaron los libros y las historias. Yo tenía todo el tiempo del mundo para adentrarme en ellas. Esa fue la semilla que floreció cuando me sumé a dos talleres que marcaron mi rumbo: el primero estaba dedicado al análisis de los cuentos clásicos, mientras que el segundo era de creación literaria para niños. Así fue como todo comenzó. Cuando terminé de trabajar con De papel, conocí a Regina Olivares, y junto con ella me enamoré del trabajo de Armando.

Fonseca: Mi camino es distinto. Yo estudié filosofía, pero nunca dejé de dibujar ni de leer. Creo que el origen de este libro está vinculado con el gusto por la lectura. Hace tiempo tuve un profesor que decía que un ilustrador tiene la obligación de ser un buen lector. Sin embargo, con el paso de los años descubrí que —además de los libros— los buenos lectores deben ejercer su oficio en todos los lugares: ellos son capaces de descifrar los gestos de las personas y tienen la virtud de desentrañar los secretos que se ocultan en los hechos cotidianos. De papel está hecho con todas estas lecturas.

 

  1. La historia de las personas está marcada en su cuerpo

Fonseca: Creo que la vida se revela como una serie de capas. Cuando miras la superficie de las personas —estoy pensando en su piel, en sus gestos, en sus actitudes, tan solo por mencionar tres posibilidades—, descubres que está compuesta por muchas experiencias, por lo que han tenido que vivir. En efecto, no es solo la superficie ni solo el fondo; es un conjunto de lo brillante y lo opaco, de lo feliz y lo doloroso. En este sentido, el hecho de que el personaje del libro sea de papel me permitió explorar todos esos acontecimientos como la escritura y los dobleces que marcan su cuerpo.

Novaro: Efectivamente, en este caso estamos hablando de la materialidad del personaje. Es un chico que reparte periódicos y escribe cosas en su cuerpo, cosas que son la memoria que se queda grabada de alguna manera. Todo lo que está en nuestro cuerpo tiene huellas de lo que fuimos y, al mismo tiempo, nos da fuerza para ser lo que podemos ser. En nuestra piel no solo está escrito el pasado: en ella también pueden leerse las posibilidades de nuevos caminos. Por esta razón, en De papel también hablamos de cómo las personas pueden borrar su pasado y reescribirlo de alguna manera, de cómo podemos transformar las palabras olvidadas en un papel destinado al fuego y a la memoria.

Fonseca: Tienes razón, en De papel, los dibujos y la ilustración cuentan la historia solo con imágenes. La imagen pensada en este sentido doble es su lenguaje y te invita a leer de una manera que se niega a ser unívoca, lineal o determinista. La imagen te lleva a adentrarte en sus páginas para descubrir que no solo se puede escribir, sino que también existe la posibilidad de borrar. Por esta razón, el personaje no desaparece al finalizar la historia, pues su imagen nos invita a pensar que se transformará en algo distinto. Sin embargo, también me gusta pensar que el olvido absoluto no existe: nada se borra por completo. Todas las huellas y todo lo que le ha pasado resuena como un eco. 

Novaro: En alguna ocasión me hablaste sobre los palimpsestos. Yo ni siquiera sabía qué eran. Me lo explicaste y De papel es uno de ellos: nada se elimina, pero todo se transforma porque se superpone. Esto es algo de lo que hemos hablado desde el principio de la creación del libro, porque al final no se borra nada: todo se transforma o se reinterpreta.

Fonseca: Efectivamente, eso fue lo que nos ocurrió durante su creación. Ambos le dimos al libro la posibilidad de que tomara su propio rumbo. Varias veces traicionamos nuestras ideas para dejarlo ser como debía ser. Estuvimos atentos y aprendimos a leer las posibilidades que el texto nos ofrecía. Y al final, terminó siendo algo diferente, De papel se convirtió en lo que tenía que ser. +