Frida, una mujer detrás del ícono

Frida, una mujer detrás del ícono

“…empecé a mirar directamente al lente, sin parpadear, sin sonreír, decidida a mostrar que sería una buena luchadora hasta el final.” 

Frida Kahlo

Mercedes Alvarado

Plasmada fielmente desde la fotografía o reinterpretada por otros artistas, lo mismo en murales que en objetos de uso cotidiano, la mirada de Frida Kahlo es una de las más reproducidas a nivel mundial como figura emblemática de la pintura mexicana. Pero más allá de la imagen que habita en el imaginario colectivo está la mujer que enfrentó, a través de su trabajo creativo, la debilidad de su cuerpo y que abordó su propia vulnerabilidad dentro y fuera del lienzo. 

Chiara Pasqualetti, periodista italiana, ha venido a México para presentar en Gandhi su nuevo libro, Frida. Ícono de México (Trillas, 2024), en el marco del 70 aniversario luctuoso de la pintora. Platicamos con ella sobre este trabajo, en el que nos propone una ruta visual y escrita para descubrir a Frida, la mujer. 

Has publicado trabajos extensos sobre mujeres como Audrey Hepburn o Coco Chanel, entre otras muchas. ¿Qué estabas buscando en la figura de Frida, tan reconocida visualmente a nivel mundial?, ¿qué encontraste que no hayamos visto?

Hay muy pocas mujeres que puedan inspirar en la manera en que Frida lo hace, y siempre es importante dar motivos para inspirarnos. Lo que hace especial a este libro es la combinación de palabras e imágenes para abordar la figura de Frida.  Además, implica la perspectiva de una mujer europea y, por lo tanto, una relectura emocionante y objetiva de un mito que ya no es sólo mexicano sino global, universal. Se trata de una manera de celebrar a Frida, dirigida a un público más transversal. Pensé este libro no sólo para quienes ya la conocen, sino también para quienes quieren saber más de ella. Las imágenes son un imán poderoso, aunque espero que las palabras tracen una ruta para explorar más a fondo el tema, porque Frida requiere tiempo: un artículo de algunas páginas, un cuento o un resumen no son suficientes para narrarla. 

La figura de Frida puede ser tan imponente que nos cuesta percibirla como la mujer compleja que fue. Cuéntanos cómo te relacionas tú, Chiara, con esta mujer, más allá del mito

Creo que, como les sucede a muchas mujeres, se sentía vulnerable. Sentía una debilidad física a partir del accidente que tuvo, y también frente a su esposo, que era mucho más famoso que ella y la traicionó, como es habitual. Pero logró rebelarse contra eso, manteniendo su feminidad. Con una actitud no agresiva sino inteligente, confrontó lo que la vida le había puesto delante. Y encontró un camino en su trabajo, en el arte, para demostrar que una mujer no es sólo madre o esposa, sino muchas cosas más. 

Esto es exactamente lo que pasa en mi vida. Estoy casada y tengo dos hijas, pero mi vida es mucho más que eso. Es igualmente importante encontrar la vocación propia y transformarla en una razón para la vida, que desarrollarse en otros papeles ⎯como ser pareja y madre⎯ cuando una los decide para sí misma. 

En este libro abordas ampliamente una faceta de Frida más allá del lienzo: cómo utilizaba telas y tejidos como un espacio creativo. Es decir, la construcción de un estilo propio y la vestimenta como una extensión de sí misma.

Para Frida, la ropa forma parte de su arte. No sólo una parte de su personalidad, sino mucho más, es como un lienzo en el que Frida se pinta a sí misma. Ella decidió dejarnos estas imágenes, que no son fortuitas, siempre son fotos posadas en las que Frida nos mira a los ojos. La ropa es cuidadosamente seleccionada, nunca casual. Se trata de un acto creativo. Yo veo una obra de arte completa detrás de cada imagen; la vida transformada en una obra de arte. 

Al mismo tiempo, su vestimenta representa el deseo de narrar profundamente sus raíces y darlas a conocer a todo el mundo. Uno de los episodios que más me impactó en la vida de Frida es la reacción que generaba en la gente cuando caminaba por las calles de Nueva York, San Francisco o Detroit. Es que era maravillosa y generaba asombro por su ropa, su peinado y su presencia. Pero no creo que fuera un deseo llamar la atención, sino una manera de mostrar orgullo y, al mismo tiempo, una forma de expresión poderosa; tal vez incluso más impactante que sus pinturas. 

Frida me ha parecido siempre una persona muy consciente de sí misma, pero quizá no reparó, durante mucho tiempo, en cómo se recibía su trabajo como pintora. Cuando vende su primera obra, escribe en su diario “jamás tomaré dinero de ningún hombre hasta mi muerte”.

Sin duda. Sabemos bien que, especialmente en Europa, su trabajo llegó tarde. Primero llegó la persona y luego la obra de arte. Es muy interesante esta frase porque, para mí, la libertad de las mujeres implica una conquista económica. Esto es una revelación para Frida; hay un cambio de conciencia a partir de reconocer el valor que tiene por el arte, por su talento, pero también en lo económico. Representó una epifanía para ella. Para Diego resultó arrollador, porque se encontró ante una persona autónoma y, a partir de ese momento, su relación dio un giro radical. Cambió no sólo la relación de pareja, sino la relación de Frida con el mundo. 

Sabemos que el aislamiento que experimentó muy joven, durante su convalecencia, la acercó a la pintura. Más adelante en su vida, ¿la pintura mantiene una distancia o un escudo entre ella y el resto del mundo? 

Es un punto de vista interesante; sugieres una visión distinta. Para Frida, la pintura es sin duda un refugio. No es casual que los momentos más destacados en su obra coincidan con sus mayores crisis, como las matrimoniales o sus abortos. Esto desencadena episodios de gran creatividad y, a la vez, constituye una cura. Tengo la sensación de que Frida pinta para sí misma, para su propia sanación y en una suerte de análisis de sus sufrimientos y las razones de éstos. Así que, más que una barrera frente a los demás, creo que le importaba poco el resto del mundo en estos momentos y pintar era una manera de reconstruir o modificar la parte de este dolor que la desgarraba. 

¿Sus autorretratos constituyen otra manera de ponerse al centro?

Sí. Y me parece que esto tiene una profunda relación con la sociedad actual, en la que estamos solos, rodeados, y expuestos en exceso. Nos mostramos con selfies: nuestro rostro, nuestra vida, lo que hacemos, lo que sabemos. En esta hiperexposición es completamente opuesta a lo que le ocurrió a Frida. Ahora ponemos una excesiva visibilidad al servicio de los demás, pero ella lo hacía por sí misma. Es importante reflexionar sobre cómo mostramos y utilizamos nuestra imagen. En ese sentido, Frida es una gran inspiración. 

La selección de imágenes parece tener una curaduría desde lo emocional. Cuéntanos cómo lo lograste. 

La parte más complicada de este libro fue esa selección de la parte visual. Creo que logramos un buen equilibrio entre las imágenes más conocidas y aquellas que nos muestran una Frida privada y su mundo interior como una posibilidad de entrar en contacto íntimo con ella. Hay fotografías de Frida niña, en las que sonríe. Será difícil volver a verla sonreír. Esto es muy emotivo para mí porque no hay barrera, ni filtros en el resultado de este libro…