Golpes en la vida de César Vallejo

Y ahora, ¿por qué esa cara tan larga?

Pues ya ve, Tony, es que hay golpes en la vida tan fuertes, yo no sé…

Sí. A veces dios se pasa de odio.

¡Lo has leído!

A dios nunca, ni sabía que había escrito algo.

Eso imaginé.

Ande, tómese esto. Ahora sí va por la casa.

Tal vez debería venir más en este estado de ánimo.

Para nada, prefiero verlo tan parlanchín como es de costumbre. Pero si quiere, desembuche, siempre es bueno llegar a un momento catártico.

Qué le puedo decir. Nada en especial. Sólo uno de esos momentos en el que se cree que va marchando todo con el suficiente caos en la vida como para sobrellevarla, hasta que ¡bum! Te das cuenta de la terrible situación.

¿Cómo? Hábleme en español a mí.

Por eso; tenía la ingenua idea de ir por el camino correcto, de estar haciendo bien las cosas, pero resulta que no fue así. Pequeñeces, de esas cosas nimias que a uno le suceden y sólo por eso cree que ya se acabó el mundo. Tal vez, hasta cuando esté en el lecho de muerte, vendrán a mí algunos de hombres a decirme que no me muera, pero seguiré muriendo. Me rodearán veinte, cien, quinientas mil personas clamando ¡tanto amor y no poder nada contra la muerte! Y yo seguiré muriendo. Lo que ninguno de ellos sabrá es que bastará que usted extienda su mano con un trago para que me incorpore lentamente, abrace al primer hombre y me eche a andar.

Usted debió haberse dedicado a la actuación, ahora que lo pienso. No sé de dónde saca tantas ideas retorcidas.

Nada de ideas retorcidas. Son de César Vallejo con quien cené hace poco tiempo en París.

¡Hasta allá!

La ciudad de la luz. Aunque ya no alumbra mucho. Ya sabe, como dice el dicho, candil de la calle, oscuridad de la casa: yo sólo soy su heraldo negro.

¡Que en español!

¡Que me sirva otro vaso!

Ya ve: hablando español se entiende la gente.

Usted ni porque se lo deletreen.

¿Qué dijo?

Ya ve cómo tengo razón.

No se haga el chistoso.

Usted fue el que inició diciendo que prefiere verme así.

Debí haber cerrado la boca. Ande, usted cierre la suya y tómese esto.

Si la cierro entonces no podré tomarme nada.

Usted tome y no me moleste hasta que termine de arreglar aquí.

Por: R. R. Fullton @LordNoa

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MasCultura 26-abr-16