Pintar con palabras; viñetas durante la FILO 2014

I

Fue durante el periodo franquista, cuando se hizo famoso el lema ¡viva la muerte! Ovacionado por militares e ideólogos que veían en Franco, la efigie a seguir. Este día, cuya luz impide abrir completamente los ojos, como si estuviésemos recién salidos de la caverna de Platón, insinúa lo contrario: a festejar la vida, a conocerla y observarla. Nereo López es quien hace la invitación; él es la vitalidad encarnada. Hacemos de lado su barba incipiente y blanca, su piel clara y arrugada; dejan de importarnos su noventa y cuatro años y atendemos su perspicacia, la emoción que le causa darnos un recorrido para mostrarnos sus fotos y platicarnos las anécdotas que llenan su mente: la mujer en Río de Janeiro que creyó haber conquistado, el rechazo que hace de trabajos por encargo o sus proyectos a futuro, como la colección de fotos “fracasos eróticos”. Él sonríe ante la presencia de cada recuerdo.

Nereo se muestra satisfecho y feliz con cada palabra que nos dedica. La edad no lo intimida, ni siquiera para dejar de tener algunos encuentros con mujeres desconocidas, que lo contactan e intentan cortejar. El único inconveniente, dice, es que son mujeres casi de su edad. El recorrido concluye, pero el fotógrafo se muestra aún dispuesto a continuar con la plática. Mientras toma su segundo vaso de agua de Jamaica, protegido bajo su sombrero –a diferencia de los cuatro vasitos de mezcal que bebió el día de ayer–, me escabullo rumbo al corazón de la FILO.

II

Hay momentos en la historia que exigen estar a la altura de las circunstancias: desobedecer lo inhumano, rechazar lo injusto. Eso lo aprendió Miguel de Unamuno cuando se percató de las atrocidades del franquismo. Él no vivió la pesadilla completa, pero presenció el levantamiento de un periodo aciago. Años después, cuando España se independizó de sí misma, de Franco, las jóvenes generaciones experimentaron el nacimiento de un nuevo país. Eso nos platica Almudena Grandes, después de un cansado viaje desde la patria de Cervantes. Su voz fuerte, casi ronca, rinde cuentas de una mujer que conoció las utopías de cerca y las vio caer poco a poco: “Es verdad que el único movimiento social que ha triunfado es el feminismo”, declara, en tanto que Sandra Lorenzano asiente a su lado. Almudena, al igual que su compatriota Unamuno, sufrió el desencantó de la utopía que había abrazado; a diferencia de él, la escritora todavía tiene por delante una parte importante del siglo XXI, para esperar alguna otra de la que pueda asirse.

III

Hace dos años, en esta misma Feria del Libro, Guillermo Fadanelli le dijo a una profesora de la sección XX de la CNTE, que la tarea de educar le correspondía más a ella que a él, como escritor. La maestra, algo confundida por la declaración, no le dio mayor interés y siguió con su participación. Este año, en el marco de la FILO 2014, figuras como Leonardo da Jandra, la pintora Agar García, el activista político Flavio Sosa Villavicencio, y los profesores Arturo Ríos Coca y Rogelio Vargas Garfias celebran dos años de alianza para impulsar “El Programa de lectura y redacción critica para trabajadores de la educación, sección 22.” La tarea intelectual de los antes citados trasciende la declaración de su colega y se desborda en proyectos en conjunto con la sociedad.

Las utopías aún existen, sólo esperan el impulso que las detone. Así sea el proyecto iniciado por el filósofo da Jandra o un poema que lee en público Alfredo Vanín. Sentado, de mirada amable y voz solemne, habla cuidadoso. ¿Qué papel juega la poesía en una sociedad cada vez más deshumanizante? “La poesía no va a salvar la humanidad. Ni va a cambiar la vida. El Che Guevara decía: la poesía no cambia el mundo, pero sin la poesía no se puede cambiar el mundo. Cada palabra ayuda a transformarnos. La palabra escrita reafirma. La poesía, por muy amorosa que sea, bien escrita puede configurarse como un acto político.” Al poco rato, las preguntas se agotan, pero el poeta colombiano no. Se despide amigable y se marcha, mientras Francisco Hinojosa conversa en uno de los estrados, opuesto a donde Enrique Serna emite una crítica al sistema político actual, para justificar el regreso que tuvo a una forma narrativa que había dejado atrás. El escritor mexicano continúa con su comentario, en tanto que Edmundo Paz Soldán aguarda subir al escenario.

IV

Paz Soldán tiene un carácter sencillo, pero eso no la hace menos agudo a la hora de presentar su libro “Iris”, novela donde experimenta terrenos narrativos novedosos para su prosa. El foro atiende a la detallada charla, antes de formarse para conseguir una firma del escritor boliviano. “Río fugitivo” es la joya que corona la mesa de autógrafos, antes de que Fernando Lobo inicie la última mesa de la jornada, al lado de Carolina Sanín, Alonso Sánchez Baute, Juan Sebastián Cárdenas y Andrés Burgos.

¿Para qué sirven las palabras? Construyen mundos, nos construyen a nosotros mismos. Alfredo Vanín asegura que la poesía nos hace humanos y, si esa es la apuesta, entonces hay que leer más poesía porque este mundo, cada vez se hunde más en lo inhumano.

La noche ya está sobre nosotros y la Orquesta Esperanza Azteca ameniza el cierre del día de hoy en la FILO. Escuchamos parte de “Carmina Burana” y el nombre del conjunto pareciera profético: es justo eso lo que hace falta en estos tiempos, no sólo música, no sólo poesía, sino también esperanza; ésa que conoció Almudena, a la que nos encaminó Vanín, la que está escondida en el campamento del Zócalo o bajo la pintura de alguna pared descuidada. Ésa que está por algún lado, quizá en un libro o un acorde, incubándose ininterrumpidamente.

Rolando Ramiro Vázquez Mendoza @LordNoa

Mascultura 03-Nov-14