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Ana María Matute afirma que "la literatura ha sido un refugio total y absoluto"

La literatura ha sido siempre un "refugio total y absoluto" para la escritora española y Premio Cervantes 2010 Ana María Matute, quien desde que comenzó a escribir a los cinco años ha entregado ocho décadas de su vida a contar historias.

"Siempre que me ha ocurrido algo grave, que me ha marcado, la literatura ha sido para mí un refugio, una panacea. Y sigue siéndolo", dijo hoy en una entrevista con Efe la escritora durante su visita a Nueva York para participar en la segunda parte del Festival de la Palabra de Puerto Rico, que se celebra esta semana en la Gran Manzana.

Siendo una niña de once años que se sentía diferente a las demás -"a mí no me gustaban las muñecas", recuerda-, Matute encontró su mejor diversión en componer una revista, "que era para morirse de risa", escrita sobre "ese papel de guerra en el que no podías escribir con tinta porque se emborronaba" y en la que incluía tiras cómicas, historias y hasta crítica de cine.

La tercera mujer en recibir el premio más prestigioso de la literatura en español recuerda cómo bajo la luz de una linterna relataba a sus hermanos cada noche los capítulos de lo que ella considera su "primera novela", llamada "Juanito" y ambientada en la Revolución Francesa.

En las palabras encontró Matute un refugio y por ello a veces se sentía distinta, siempre rodeada de hombres. "A mí solamente me gustaba hacer amistad con gente del mundo de las letras, o con gente lectora, pero entonces las chicas ni leían, ni escribían, ni vivían, ni bebían, y yo lo hacía todo", dice.

A pesar de que el mundo editorial, al que llegó a los 17 años con un pequeño cuaderno escrito a mano bajo el brazo, estaba dominado por los hombres, Matute fue "de las pocas que tuvo bastante suerte".

"Me han tratado bien los hombres en este aspecto,… En el otro ha habido de todo", explica entre risas esta barcelonesa, nacida el 26 de julio de 1925 y que a los 11 años vivió el estallido de una guerra civil en España que marcó para siempre su vida y su obra.

Matute, también la tercera mujer en ocupar un puesto en la Real Academia de la Lengua, recuerda que vivió "con un pavor espantoso" aquella época e incluso hoy en día reconoce tener miedo a los fuegos artificiales y a los cohetes, que le recuerdan a los bombardeos.

La catalana, que nunca olvidará el primer hombre asesinado que vio, también a los 11 años, vivió igualmente una difícil posguerra española en la que el dinero escaseaba, más aún cuando la censura le impedía la publicación de algunos de sus libros, como le ocurrió con "Luciérnagas".
"Era terrible, como escritor cuidas hasta dónde poner una coma, y ellos llegaban, te lo dejaban sin hilación y ni siquiera te avisaban", recuerda la autora de "Olvidado Rey Gudú" (1996).

Algo parecido le pasó con "Los niños tontos" (1956), un libro que la censura calificó de "inmoral", algo que la escritora recuerda con humor: "¡Me llamaban inmoral. A la Matute, inmoral! ¡Qué risa!".

Quien a pesar de haber pasado miedo durante la posguerra y la dictadura española luchó por seguir en el mundo de la literatura asegura no haberse "desanimado nunca" de escribir, algo que no ha podido dejar de hacer hasta hoy.

El mes pasado la novelista y cuentista recibió el Premio Cervantes 2010, que se une a una larga lista de reconocimientos entre los que se encuentran el Premio Planeta (1954), el Nacional de Literatura (1959) y el Nadal (1959), y el Príncipe de Asturias de las Letras (2010).

"Todo el mundo se acuerda de que grité (en el Cervantes) '¡soy feliz!', pero soy más pudorosa para mostrar las penas, a veces las he expresado a través de mi literatura sin querer, porque nunca escribo nada personal, menos en 'Paraíso inhabitado' (2010) donde sí aparece una niña que tiene cosas de mi vida", explica la escritora.

La llamada "dama blanca de las letras" continúa escribiendo a sus 85 años y participando activamente en actos literarios como el Festival de la Palabra de Puerto Rico, donde durante la semana pasada vio cómo "el pueblo portorriqueño respondió casi masivamente y daba gozo dar una charla en una plaza llena, con un interés tremendo".

Desde la isla caribeña Matute viajó el lunes a la Gran Manzana, donde mañana charlará con el escritor y director del Instituto Cervantes de Nueva York, Eduardo Lago, sobre el papel de la imaginación como territorio de encuentro entre las más diferentes culturas, porque "la literatura da a conocer al otro, a civilizaciones enteras", explicó.

Nueva York, 10 may (EFE)