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"El lado oscuro de la muerte nutre la escritura", dice Gustavo Arango

El escritor colombiano Gustavo Arango, Premio Internacional Bicentenario de Novela por El origen del mundo, manifestó en una entrevista que "el lado oscuro de la muerte también nutre" la escritura.

"Todas las experiencias alimentan al escritor, decía (Jorge Luis) Borges, y ese lado oscuro también nutre la manifestación escrita", precisó el autor, uno de los invitados a la XXIV Feria Internacional de Libro de Bogotá para presentar su última novela, laureada en noviembre pasado en México.

Al aludir a la muerte como "recurrente" en su obra, Arango señaló que, "como todos los colombianos, en mayor o menor grado", ha tenido "experiencia directa" con ella.

"Mi padre fue asesinado hace 25 años. Cuando murió yo tenía 20 y fue una pérdida completa. Una pérdida del sentido de la vida, una pérdida del rumbo, y casi me tocó reinventarme", recordó.

Nacido en Medellín (noroeste) en 1964, padre de dos hijos y profesor de Literatura y de Lengua Española en Nueva York, Arango se define como un "gabólogo" de tiempo completo debido a su admiración por el Nobel Gabriel García Márquez.

Por ello, buscó recorrer los pasos iniciales del gran literato colombiano y la suerte lo acompañó al punto de lograr un puesto de redactor en el mismo diario donde trabajó "Gabo", El Universal, en la caribeña Cartagena.

Y es tanta su admiración por el autor de Cien años de soledad que en su etapa cartagenera, en medio de su labor periodística, publicó Un ramo de nomeolvides, un ensayo sobre los dos años que vivió en esa ciudad García Márquez, de 1949 a 1951.

Arango rememoró que cuando entregó su libro al Nobel le comentó: "espero que esté a la altura", a lo que el genio "Gabo" respondió: "o a la bajura", al comprometerse a leerlo con un lápiz en la mano.

Dos años después, García Marquez le felicitó por su libro, el cual le abrió muchas puertas, ya que a partir de aquella publicación el argentino Tomás Eloy Martínez, ya fallecido, lo apoyó para poder estudiar un doctorado en Literatura en Estados Unidos.

Tras doce años en Nueva York ha conseguido el reconocimiento que hoy le ha llevado a ser uno de los invitados a la Feria del Libro de Bogotá.

Aunque reconoce que en las novelas hay algo autobiográfico, no quiere que se le compare con Magnífico Delgado, el profesor de escritura de El origen del mundo, un personaje recurrente en su obra y al que está "dispuesto a matar algún día en Sri Lanka", según confesó.

Magnífico Delgado da clases a nueve mujeres, una atracción que le viene desde que estudió literatura femenina en un aula en la que era el único hombre entre una profesora y quince estudiantes.

"Fui receptor de esa frustración, del machismo en la literatura y eso me sensibilizó mucho", agregó, al reconocer que la escritura de mujer es "un gesto muy erótico".

Pero la muerte es para Arango clave en su obra, según reconoció, y por eso no lee novelas actuales. No pudo hacerlo con El olvido que seremos, del también colombiano Héctor Abad Faciolince sobre la muerte de su padre.

"He estado escribiendo una historia sobre mi padre y no pude leer la novela de Abad porque sabía que me iba a paralizar diciendo, bueno, ya lo dijo él (…), entonces no pude pasar de la segunda página", afirmó, al remarcar que pese a todo la muerte nutre su oficio.

Aunque admitió la influencia de García Márquez en sus obras, aludió a otras ascendencias literarias como el uruguayo Juan Carlos Onetti y el argentino Julio Cortázar, pero sobre todo en Borges, de quien manifestó: "es el maestro de todos los escritores".

Bogotá, 10 may (EFE)