5 películas distópicas para reflexionar el presente
07 de enero de 2021
Puede afirmarse que presentar futuros terroríficos tanto en la literatura, como en el cine, es algo inherente al género de ciencia ficción. Así, en la película de Georges Méliès, El viaje a la Luna, que en 1902 inauguró el género dentro del séptimo arte, la Humanidad pudo ver por primera vez en una pantalla cómo uno de los grandes sueños de la humanidad se trastocaba en pesadilla. “Un poco en broma, un poco en serio, el público podía pensar que la Luna no era el satélite plácido y tranquilo que se veía desde la Tierra”, nos cuenta el reconocido crítico de cine, Erick Estrada, quien es uno de los profesores de Código Academia. “Y que la tecnología del futuro, que haría posibles los viajes espaciales, también hacía probable que descubriéramos que no estamos solos en el universo”.
Otra de las películas precursoras del género es Metrópolis, llevada al cine por el gran Fritz Lang, en 1927, pero escrita por su entonces esposa, Thea von Harbou. La historia transcurre en 2026 y muestra una ciudad dividida. Mientras la clase dominante disfruta de una vida disipada en el exterior, los trabajadores —totalmente oprimidos— residen en una ciudad subterránea, ”cumpliendo jornadas extenuantes y entregando su fuerza a un mundo destructor, dependiente de la producción, y se asume que también del consumo”, explica Estrada.
Aunque estudios contemporáneos han visto en esta película una apología al fascismo —entonces en ciernes—, y que es bien conocido que Lang tuvo oportunidad de cortar todo lazo con la ideología nazi, es claro que la cinta refleja también preocupaciones comunes en esos momentos, como la mecanización y los peligros de la tecnología. Y es que tanto la literatura como el cine —al igual que toda expresión artística— han servido para hablar de pasiones y alegrías, pero también para explorar nuestras ansiedades y temores.
Aquí van las 5 películas distópicas que nos recomienda Erick Estrada:
1. Alphaville (1965) Jean-Luc Godard
Un thriller capitalista de altos vuelos, en un planeta lejano en el que una megacomputadora controla tiránicamente a los humanos para beneficio de su creador: un hombre que busca acumular nuestra información y que ha prohibido los sentimientos más básicos. Las megaempresas contemporáneas no van muy atrás en esos planes.
Escena de Alphaville
2. Fahrenheit 451 (1966) François Truffaut
Basada en el libro homónimo de Ray Bradbury. Esta cinta muestra la casi inevitable llegada de las tiranías radicales a los gobiernos del mundo y la deshumanización del planeta. Además plantea la instauración de sistemas de comunicación audiovisuales que, a conveniencia de esos gobiernos, suprimen el pensamiento más allá de la imagen. La precarización del pensamiento como instrumento del esclavismo real y espiritual.
Escena de Fahrenheit 451
3. El planeta de los simios (1968) Franklin James Schaffner
El planeta de los simios -basada en la obra homónima de Pierre Boulle- es la paradoja perfecta de la ambición humana. Primero convierte al Hombre en el centro del Universo, para después transformarlo en un consumidor sin escrúpulos. Ver las tiranías humanas reflejadas en un mundo de simios es una de las mejores cachetadas que, como “civilización”, hemos recibido.
Escena de El planeta de los simios
4. Blade Runner (1982) Riddley Scott
Sólo la gente sana puede abandonar un planeta carcomido por la contaminación. Los animales se han extinguido y lo más humano que se encuentra en las calles son los ”replicantes” que, desafortunadamente, buscan poseer un poco de humanidad. Creo que el mundo cada vez se parece más a esa ciudad en la que Ridley Scott ubica su historia -inspirada, por cierto, en la novela de Philip K. Dick: Sueñan los androides con ovejas eléctricas-.
Escena de Blade Runner
5. 12 monos (1995) Terry Gillam
El director Terry Gillam y el guionista David Webb Peoples extienden la pesadilla de viajes en el tiempo planteada por el cortometraje La Jetté de Chris Marker (1962): el encuentro trágico con uno mismo. Además, lo hacen en un mundo donde, debido a una pandemia, la naturaleza ha recuperado el control del planeta. Todo es evidente. Somos nosotros. +
Escena de 12 monos