Vitoria disuelve su 35 Festival de Jazz en el universo sonoro de Miles Davis

La 35 edición del Festival de Jazz de Vitoria se ha disuelto hoy en un mar de notas invocadas por grandes figuras como Herbi Hancock, Wayne Shorter y Marcus Miller, dentro de un tributo especial al universo sonoro del legendario Miles Davis.

Veinte años después de la muerte del trompetista, maestro de leyendas del jazz de las últimas décadas, tres de sus discípulos más aventajados le han rendido esta noche un homenaje sobre el escenario de Mendizorroza.

"Hablar de Davis es mirar hacia atrás y él nunca lo hacía", ha advertido un Marcus Miller convertido en maestro de ceremonias.

Con todo, el ejercicio de memoria ha sido para ellos una experiencia mística con la que cada uno ha elevado su espíritu y su música a nuevos paraísos aún por explorar.

Los protagonistas de este viaje, viejos conocidos en la capital alavesa, se han lanzado a descubrir misterios ocultos en el espíritu libertario del que fue su maestro.

Marcus Miller (bajo) ha dirigido este homenaje, en el que ha contado como compañeros de viaje con el pianista Herbi Hancock y el saxofonista Wayne Shorter. Han completado el quinteto Sean Jones (trompeta) y Sean Rickman (batería).

Después de una hora de música sin cortes, Miller se ha dirigido al público y ha comentado que parece que no han pasado los 20 años que hace que Davis desapareció porque "su música sigue siendo actual".

Las cerca de 3.000 personas que abarrotaban Mendizorroza han disfrutado con sus equilibrios y proezas musicales. El objetivo de estos tres grandes no era reproducir la música del genio sino evocar su universo sonoro.

Entre ellos, jugando, desde el jazz han llegado al funky y han conseguido que el hechizo del trompetista caiga sobre el 35 Festival de Jazz de Vitoria.

La primera parte de la velada de esta noche la ha conducido el pianista panameño Danilo Pérez que ha regresado al recital de la capital alavesa, esta vez con su habitual trío musical que comparte con Ben Street (contrabajo) y Adam Cruz (batería).

Danilo Pérez ha confesado su nerviosismo desde el escenario al recordar que fue en Vitoria donde comenzó su carrera de solista. Luego, ha recomendado al público que se abrochara el cinturón porque no sabía lo que iba a pasar.

Durante la hora larga en la que ha querido agradecer a Davis "su impulso" ha hecho versiones de varios clásicos como Bésame mucho, con el que parecía cantar con las manos.

El nexo de unión de todos los artistas de esta noche ha sido recuperar el universo sonoro de Davis y siguiendo la estela del maestro, cada alumno se ha sumergido en su mundo y ha ensanchado un poco más el de todos.

El torrente de energía que se ha sentido esta noche en Mendizorroza ha sido digerido a pequeños bocados por un público maduro, reposado y atento a no dejar pasar ninguna señal.

El homenaje a Miles Dives ha consistido en una suma de talentos dispuestos a adentrarse en nuevos retos, libres de ataduras y de estereotipos y lejos de sesgos nostálgicos.

Después de varias horas de diálogo entre dioses, el final del 35 Festival de Jazz de Vitoria se ha impuesto sobre las ansias de seguir aspirando aromas embriagadores.

Imagen: El bajista Marcus Miller, durante el homenaje al trompetista Miles Davis celebrado en la jornada de clausura de la 35 edición del Festival de Jazz de Vitoria.
Vitoria, 16 jul (EFE)