En sus textos, Ruy Sánchez aborda temas como la memoria, la historia, el amor y el erotismo. Suele tomarse su tiempo para pensar y reflexionar. Ha vivido en París, Francia, donde estudió Literatura y Filosofía Política. Ahí se convirtió en editor y escritor. Ha publicado 28 libros entre los que destacan Los jardines secretos de Mogador (Alfaguara), Nueve veces el asombro(Alfaguara) y Elogio del insomnio (Alfaguara). Sus obras han sido traducidas a 12 idiomas. En 2017 fue merecedor del Premio Nacional de Artes y Literatura y recibió el Premio Mazatlán de Literatura por su novela Los sueños de la serpiente (Alfaguara) en 2018. Codirige la revista cultural Artes de México.
Sobre leer y escribir |
No es sorpresa que para muchos de quienes gozamos de la lectura, la chispa de la escritura se manifieste en un corto circuito por nuestra mente. Aunque para diversos autores el arte de escribir es imposible de enseñar y es más bien una herencia que va de generación en generación, siempre constituye un motivo de curiosidad saber en qué se inspiran nuestros escritores favoritos al momento de crear aquello que tanto disfrutamos leer: “Tengo un primer momento que es muy largo y que es toda la recolección del tiradero que voy a poner sobre mi escritorio. Esa recolección resulta importantísima porque ya es una manera de escribir. Uno escribe hasta cuando no escribe”, comenta Ruy Sánchez.
Parece fácil el hecho de colocar sobre tinta y papel tanta imaginación y creatividad. Pero no se trata tan solo de calcar lo que uno crea para sí mismo, sino de plasmar y compartir en la narrativa toda una gama de historias y contextos que invaden nuestra memoria y nuestra propia vida. Al respecto, el autor comenta: “Lo que seleccionas no son solamente hechos o datos; recopilas lenguaje también, recopilas una experiencia. Muchas veces la forma que va a tener la novela es un reflejo de la vivencia de haber recopilado toda esa infor- mación durante varios años. Entonces el tiradero es ya la escritura.”
Y es que para Alberto Ruy Sánchez no existen límites al momento de leer. No se acopla tan sólo a las letras que forman palabras y relatos: “Me eduqué en una época en la que se trataba de pensar que todo es lenguaje. No sólo se puede leer la naturaleza sino también los gestos culturales, la moda, la lluvia… se puede leer la lluvia.” Y continúa: “Cuando dicen que la novela es la que se apodera de ti están hablando de premisas y deducciones, pero tú puedes siempre añadir otras premisas o quitar algunas. Hay que respetar, más que la lógica, la vida que hay dentro del libro. Es necesario volver a introducir premisas que te hagan ser más fiel a las dimensiones humanas profundas.”
Para el autor, escribir representa una segunda naturaleza, pues no sería de ninguna manera el mismo si no fuese porque escribe todo el tiempo, literalmente. Llega un momento en que asegura que hasta cuando no escribe está escribiendo: “Siempre estoy pensando en frases y viendo cómo lo que vivo y lo que experimento se va convirtiendo en lenguaje”, asegura.
Pero, ¿cómo leen los buenos escritores? Antes de escribir tuvieron que leer: viajar a lugares oníricos, mágicos; toparse con hadas, ogros, personajes realmente salvajes, primitivos y malvados. Cada persona tiene su método de lectura: mientras unos se sumergen en los mundos más ajenos con melodías de fondo, otros se encierran dentro de una biblioteca en compañía del silencio para disfrutar de un buen ensayo, una crónica, una novela histórica. Alberto Ruy Sánchez cuenta con una habilidad lectora que bien muchos pueden desear: “Yo soy fácil. Puedo leer donde sea. Con gente, sin gente, en el teléfono, en el periódico, en un libro, con o sin música. Creo que soy un poco psicópata porque me olvido de todo y me vuelvo un irresponsable perfecto. Me olvido de los correos que tengo que responder y me concentro en lo que estoy leyendo, en la situación que sea. Claro que hay cosas que son muy molestas; cuando vas a un restaurante y hay música, o un partido de fútbol. Así que es mejor evitarlas. Pero en situaciones no tan extremas puedo leer sin problema”, comparte.
El autor confiesa que para escribir sí le es necesario un poco más de recogimiento y de esa soledad habitada por los fantasmas que le permiten trabajar, encontrar el ritmo de las palabras, sin la perturbación de la música.
En cuanto a los géneros literarios, un tema bastante polarizado, el poeta mexicano afirma que es el tipo de escritor que no piensa en divisiones, sino en aquello que necesita transmitir. Para él, los géneros no son nada más que una convención ceñida por su contexto: “Yo no veo por qué tenemos que restringirnos. No es natural, no es algo que está en el lenguaje.”
Preferencias poéticas |
Hubo un momento, en los años 80, cuando intelectuales y críticos culturales opinaban que tanto los poemas del uruguayo Mario Benedetti como los del chiapaneco Jaime Sabines, eran ‘poemitas para las secretarias y amas de casa’. El mismo Paco Ignacio Taibo II ha contado en diversas ferias literarias estas anécdotas. Para los Taibo y para muchos más, a los textos, cartas y escritos de Sabines debieron haberles concedido más reconocimiento del que merecieron en vida.
Al respecto, Ruy Sánchez comenta: “A mí me encanta Sabines, es una gran poeta que está vinculado a una forma de poesía que toda ella debería ser canción. Debería haber algún Agustín Lara, un José Alfredo Jiménez o un gran Juan Gabriel que lo cantara todo. Tendría que haber un intérprete de esas dimensiones que se apropiara de todo Sabines.”
Sobre el uruguayo opina: “Benedetti tiene altas y bajas. Hay cosas que son muy bellas e ingeniosas y otras que son realmente pura demagogia. Si él hubiera tenido la mala suerte de que yo fuera su editor le hubiera pedido muchos recortes en sus textos.”
Otra de las preferencias poéticas de Ruy Sánchez es Alejandra Pizarnik, de quien apunta: “Es de las poetas mayores en nuestra lengua. Es una poeta que explora las dimensiones oscuras de la vida pero al mismo tiempo las más profundas. Es una de mis poetas favoritas sin ningún lugar a dudas.”
El presente y las ilusiones |
Es un año complicado para nuestro país en muchos rubros: violencia, narcotráfico, corrupción, intolerancia y falta de oportunidades. Apenas el pasado 1o de julio elegimos a nuestro próximo Presidente. Ante la pregunta de si nuestro país es un fabricante de ilusiones, Alberto Ruy Sánchez expresa: “En México tenemos enormes desilusiones. Y con frecuencia son mucho más grandes que las ilusiones. El problema es saberse ilusionado incorrecta o equívocamente. Creer que un político, de la tendencia ideológica que sea, va a solucionar los problemas del país es una enorme ilu- sión que obviamente está llamando a una enorme desilusión.”
Premio Mazatlán de Literatura |
Respecto al hecho de haber ganado el Premio Mazatlán de Literatura a principios de este año, Ruy Sánchez nos comparte que se enteró mediante una llamada hecha por uno de los miembros del jurado. Aunque pensó que se trataba de una broma, finalmente viajó a la ciudad sinaloense a recibir tan merecido reconocimiento: “Me preguntaron si podía viajar a Mazatlán el jueves de esa semana, les dije que sí y se alegraron pues el objetivo de la visita sería recibir el premio”, comparte. Y cierra con una deliciosa confesión: “Siempre recibo los premios pensando que es más de lo que merezco, pero que al mismo tiempo son signos de afecto. El afecto no tienes que merecerlo, la gente te quiere o no te quiere.”
Este texto fue escrito por Jonathan Hayashi y publicado originalmente en el número 112 de Revista Lee+. Pueden leerlo en su versión digital dando clic aquí o en su versión física, disponible en todas las Librerías Gandhi del país.