Adalberto Ortiz Ávalos: aprender a hacer del dinero un aliado
Por Victor Ruiz
Hablar con Adalberto Ortiz Ávalos es entrar a un territorio donde la economía se mezcla con la introspección. Fundador de una de las fintech más grandes del país y expresidente de Coparmex Ciudad de México, Ortiz se ha convertido en una voz que invita a repensar algo que todos usamos, pero pocos comprendemos: el dinero. En su libro Poderoso amigo es el dinero, publicado por Océano, propone un cambio de mirada: entender el dinero no como un enemigo o una meta, sino como un espejo de quiénes somos.
Ortiz recuerda sus primeros años, marcados por la austeridad y la búsqueda de estabilidad. “Crecí viendo a mis padres estresados por llegar a fin de mes —me dice—. Escuché muchas veces discusiones sobre el dinero. Desde entonces entendí que no se trataba sólo de cifras, sino de emociones, de heridas que se repiten de generación en generación.”
Su historia familiar está llena de contrastes. Sus abuelos llegaron a la ciudad dedicándose al comercio informal; sus padres conocieron la escasez y él, en cambio, construyó una carrera en el mundo financiero. Ese salto entre carencia y abundancia fue lo que lo llevó a escribir. “El libro nace de varios momentos de mi vida —explica—. Desde mis raíces hasta la experiencia de emprender y perder, de reconstruir, de aprender a ver el dinero como un aliado y no como un fin en sí mismo.”
En Poderoso amigo es el dinero, Ortiz busca “desmitificar los mitos que tenemos sobre el dinero, el ahorro y la riqueza”. Explica que la palabra “ahorrar” proviene del árabe hur, que significa “libre”. “Ahorrar es libertad —afirma—. Tener un colchón financiero te da margen para elegir sin miedo: cambiar de trabajo, emprender, tomar decisiones por convicción y no por necesidad”.
El libro recorre diez capítulos que van desde la educación financiera básica hasta la inversión y la planeación para la vejez. Cuando le pregunto cuál considera más urgente, no duda: la inversión. “Un peso hoy no vale lo mismo que mañana. Con interés compuesto, el tiempo puede ser tu mejor aliado o tu peor enemigo. No se trata de volverse rico, sino de aprender a hacer que tu dinero trabaje por ti”.
Ortiz también reflexiona sobre el gasto y las emociones que lo rodean. “Muchas veces compramos por impulso, por llenar vacíos. Yo siempre recomiendo hacer una pausa: si lo quieres, si te gusta o si lo necesitas. Si no estás seguro, espera una semana. Si después de ese tiempo sigue en tu cabeza, cómpralo; si no, te habrás ahorrado un error”. Esa filosofía práctica atraviesa todo el libro: un intento de reconciliar lo financiero con lo humano.
Cuando menciona su paso por Coparmex Ciudad de México, adopta un tono más analítico. “Ahí entendí que no se puede hablar de ahorro cuando hay hambre. La educación financiera tiene que ir acompañada de políticas de apoyo, de lo que llamo subsidiariedad: ayudar para que luego las personas puedan valerse por sí mismas”.
El libro también cuestiona la relación cultural que tenemos con el dinero. “En México —dice— solemos pensar que el dinero es sucio o que hablar de él es de mal gusto. Pero el silencio sólo perpetúa la ignorancia. El dinero no tiene moral, la moral la ponemos nosotros”.
En ese sentido, el título Poderoso amigo es el dinero reinterpreta la célebre frase de Quevedo, “Poderoso caballero es Don Dinero”. “Han pasado siglos y seguimos igual —reflexiona—. Todavía lo tratamos como un amo cuando podríamos verlo como un amigo poderoso, pero bajo nuestras reglas”.
Cuando le pregunto por su concepto de “el arte de no hacer nada”, sonríe. “Vivimos en una cultura obsesionada con la productividad. Pero descansar es un acto de rebeldía. No hacer nada implica estar en paz contigo mismo, darte tiempo para pensar, para crear. Además, cuando no haces nada, tampoco gastas. Es una manera de cuidar tu energía y tu dinero.”
Ortiz insiste en que la educación financiera no es un lujo, sino una necesidad colectiva. “En otros países es parte de la formación básica. Aquí seguimos creyendo que sólo los ricos necesitan saber de finanzas, cuando es al revés: quien tiene menos, más lo necesita. La educación financiera debería ser un derecho constitucional.
Cerca del final de la entrevista, le pregunto qué espera que el lector encuentre en su libro. Ortiz se toma unos segundos antes de responder. “Quiero que las personas entiendan que el dinero no es un enemigo ni un dios. Es energía, y si la manejas con conciencia puede traer mil veces más beneficios que problemas. Lo importante es no dejar que te controle. Aprender a hacer del dinero un aliado es, en el fondo, aprender a conocerte a ti mismo”.+
